Madres sin hijos, se ofrece para cursos de recuperación de puntos

Hoy, leía que los cursos para recuperar los puntos perdidos en la carretera son todo un éxito. Que el número de conductores que asisten a ellos se cuadriplica. Y hace algunos días, en una emisión de radio escuchaba a algunos de estos alumnos, que no son ejemplares, sino todo lo contrario, porque han llegado hasta aquí por algo que hicieron mal, y me ponía muy triste.

 

Ninguno de ellos, mostraba un ápice de arrepentimiento o un pesar, por la pérdida de estos puntos. Ninguno mostraba en su voz tristeza por haber llegado a esta situación y algunos habían llegado hasta ella por motivos que podrían haber producido un hecho grave. ¡Qué digo! Habían llegado hasta allí por  cometer un delito.

 

Reían, bromeaban, alguno se jactaba de haber perdido en un día todos los puntos. De entre estos que han perdido todos los puntos, en Enero de 2009 han ido a recuperar los puntos  641 personas.

 

Mientras, yo me entristecía, ¿cómo no? Pensando en mi amada hija! Y me hacía las siguientes pregunta: ¿Realmente este curso les servía para algo más que recuperar los puntos? ¿Cuánto tardarían en volver a perderlos? ¿Serían conscientes de que podrían haber perdido algo más que puntos?

 

Esto me hizo pensar en poner un anuncio: Madre sin hijos, se ofrece para cursos de recuperación de puntos, para enseñar cómo no perder la vida.

 

¡Cuánto me gustaría que me invitaran a uno de estos cursos! Tendría tanto que contar.

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que otro tomó

 

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2 respuestas a Madres sin hijos, se ofrece para cursos de recuperación de puntos

  1. Josep Camós dijo:

    Ese es el problema de los cursos de sensibilización por obligación. Recuerdo que cuando estábamos en la UAB formándonos como profes coincidimos con un curso que se realizaba por mandato judicial, para evitar la prisión (o algo así, hablo de memoria). Muchos de los que nos encontramos allí habían sido condenados, precisamente, por conducir bebidos.

    Bien, pues a la hora del bocata salíamos todos y en el bar te los encontrabas con un buen cervezón en la mano, y tan panchos. No digo que una persona que ha sido condenada por beber al volante deba transformarse en abstemio, pero… No sé, como mínimo era curioso. E indicativo de lo que seguramente pensaban aquellas personas sobre lo que estaban ¿aprendiendo? en las aulas.

    Creo que los cursos de sensibilización funcionan, pero sólo cuando queda realmente una brizna de conciencia en la persona y cuando esa persona percibe el curso no como una obligación, sino como algo que le puede ir bien en el futuro.

    Pero, claro, para que eso suceda, la persona tiene que tener aprecio por el futuro. Y por la vida. Y en muchos casos, eso no se da.

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