DIECINUEVE

Se cumplen Diecinueve años desde ese 17 de abril, a las 16:15h. , cuando un desalmado conductor borracho te mató.

Si ese militar, que salió ya borracho de la base militar de Colmenar (que ya tiene delito que en una base militar se pueda poner uno hasta arriba de beber), hubiera pasado un minuto antes que tú, es muy probable que hoy estuvieras viva y no tuviéramos que llorarte ni añorarte.

Tu muerte no fue un accidente porque fue completamente evitable.

A las 16 horas, el soldado que te mató estaba completamente borracho, aunque era consciente de lo que acababa de hacer, al intentar que la copiloto se pasara por él. Y llevo diecinueve años preguntándome: ¿Cómo puede pasar un soldado todo el día bebiendo en la cantina? ¿No hay nadie que ponga límites?

Y me sigo preguntando si la política de un cuartel militar sigue siendo la misma: permitir beber en un lugar donde existen armas.

Y así pasan los años, con otras muertes por el mismo motivo: alcohol y otras drogas.

En muchos casos, estos conductores bebidos se escapan de lugar del siniestro, intentando ocultar su estado.

Y las muertes producidas con un coche son las menos penadas, las más injustas, y las menos tenidas en cuenta a la hora de hacer modificaciones en las leyes existentes.

Pero este año voy a dejar de ser reivindicativa. Ya no sirve de nada. Ni siquiera me sirve para paliar mi dolor.

Ya no me sirve escribir, de hecho cada vez lo hago menos. Este blog se hace viejo como yo. Y ahora, escribir me produce más dolor y ya no soy tan fuerte como los primeros años.

Las fuerzas para la lucha se me acabaron. Tu ausencia es cada vez más grande. La pena más insistente. Y la edad, no perdona.

Como cada año, llenamos de calas, tus flores preferidas, tu jardín.

Y si no tenemos nosotros, nos surten los amigos.

(De Amparo)

(De Juani)

(De Luz)

Quiero decirte que ha surgido un nuevo nombre para denominar estas flores. Ya, todos los que te conocen a través de mí, las llaman “Las calas de Helena”. Así es cariño, tu nombre irá siempre ligado a esas flores. Las que no pudiste llevar en tu ramo de novias, como era tu deseo.

Después de estos diecinueve años, siento que mi lucha no ha servido para nada. Me siento vacía. La vida sigue su curso. Solo se cortó para ti, porque nosotros seguimos vivos. Una vida de mierda, aunque parezca feliz.

Perdóname hija por, después de estos años, no haber podido conseguir que las muertes como la tuya no sean en vano.

NO MATARÁS, NO EXISTE PARA LOS DELITOS VIALES.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.

www.quiroconducirquierovivir.com

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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2 respuestas a DIECINUEVE

  1. Ainhoa dijo:

    Nunca me olvido de Helena. Flor, tu lucha no ha sido en vano pues seguro que has logrado concienciar a muchas personas con tu mensaje, entre las que me incluyo. Llegué a este blog por casualidad hace muchos años, era menor. Ahora con 25, casi 26, nunca olvido tu mensaje ni, por supuesto, la vida de Helena y creo que esa es una pequeña conquista de la que debes sentirte orgullosa. Un gran abrazo por siempre y, especialmente, en estas fechas.

  2. Virtu dijo:

    Los guerreros también necesitan descansar y tú has peleado la que más. No ha sido en vano, tenlo por seguro. El comentario de Ainhoa es buen testigo de ello. Un abrazo fuerte y apretado, mi siempre querida Flor.

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