Diecinueve finales sin ti

Querida Hija: Ya son diecinueve, los “fin de año” sin brindar, sin pedir deseos, sin felicitarnos, sin buscar algo rojo, sin vestirnos de gala, sin disfrutar, y sin poder besarte y sin recibir esos besos tuyos que daban vida.

Este decimonoveno resumen es ya casi un corta y pega de los anteriores, porque ya no hago nada más que repetirme. Ya no me consuela escribir. Cada vez es más escueto, aunque el año pasado creo que fue el más corto. Se acabaron los resúmenes en los que te contaba muchas más cosas. Quizás porque cada vez hay menos que contar en nuestra vida.

Nos faltas tú y nuestro mundo; la sociedad en la que vivimos, ya no tiene nada que ver con nosotros.  Nuestro sentimiento es el de un futuro cada vez más incierto, más triste, más inhumano, menos solidario, más artificial, más irreal.

En resumen, cada año que pasamos sin ti, siguen muriendo familiares, famosos, cantantes, escritores, que nos duelen porque conocimos, disfrutamos con ellos, pero el día que te perdimos fue nuestro mayor dolor y ya nada nos producirá un dolor igual.

Aún así, voy a contarte alguna cosilla:

Este año se han ido figuras icónicas que tú pudiste conocer y, de algunos, cantar y bailar sus canciones. Por ejemplo, se marchó nuestra chica Yeyé, y la de las “ovejitas”, y la que se merecía un príncipe o un dentista. Esta última ha dejado la banda sonora de las mujeres de hoy en día: “Se acabó”.

Y este año, la violencia machista ha seguido matando a muchas mujeres; y los siniestros de tráfico, como siempre; y los conductores borrachos, como el que te mató a ti, muchos más. Y las guerras, más aún. Y ha surgido una nueva guerra. Una que han iniciado los descendientes y supervivientes de aquellos que sobrevivieron a lo que contaba ese libro maravilloso que tanto te gusto de Anna Fran. Sí, hija, sí. Inexplicablemente ellos están cometiendo un genocidio como el que cometieron con ellos.

Sigo en contacto con algunos de tus amigas y amigos. Están felices con la familia que han formado, sus hijos siguen creciendo, como los de Lara, Álvaro, Teresa, Carlos, Laura, Gela, Susy,  María Elena, Sara… A mí me alegra, pero a la vez siento mucha envidia.

Los jóvenes de nuestra familia no quieren hacernos tíos-abuelos, así que seguimos sin nada que alegre un poco nuestra vida.

Querida hija, aunque este año, quizás la canción más famosa sea “Nochentera”, la canción que te dedico es antigua. Ya tiene unos cuantos años, pero de todas las que he escuchado este año es con la que más me identifico. Porque es lo que sueño muchas veces, con que estoy a tu lado. Es la canción de Los Secretos, “Pero a tu lado”.

Querida hija, te queremos, te añoramos, te necesitamos…no podemos vivir sin ti, porque estar vivos no es vivir.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, a la que mató un conductor borracho.

www.quieroconducirquierovivir.com

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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