Antes se llamaban fiestas ilegales, ahora se llaman “raves”, y con la muerte de dos jóvenes y otro muy grave, el pasado fin de semana, ha salido a la luz algo más que hacen nuestros jóvenes para divertirse, quitándose la vida.
Todos los medios de comunicación se hacen eco de estas dos nuevas muertes por consumo de drogas (alcohol, drogas,estramonio, etc.), en una fiesta de esas. Pero no he encontrado la noticia de la muerte de otros dos jóvenes, hace tres o cuatro años, cuando salían igualmente de una de estas fiestas celebrada en la misma finca, “La Aldehuela”, en Perales del Rio, o más conocido como “El monasterio de Getafe”, en un accidente de tráfico en la entrada de la M-30.
Porque estas “raves”, como se les llama ahora y que no son otra cosa que fiestas fueras de una discoteca, en edificios abandonados, con música practicada por un dj desconocido, y donde se consume alcohol, cocaína, éxtasis, etc., son lugares inmundos, alejados de poblaciones, a donde se llega andando a través del campo y en otras en coche, más tarde, después de estas concentraciones y del consumo de toda clase de guarrerías, se vuelve a salir en coche.
(Planta de Estramonio)
Si no mueren, poco a poco, por lo que se toman por la boca, morirán volando en un coche o lo que es peor, matarán a otros que no tienen ninguna culpa.
Pero cosas como éstas que acaban de suceder y cambiarán la vida a dos nuevas madres sin hijos, llevan ocurriendo 8 años, en este paraje, en este lugar, y no se hace nada.
¿Cómo se puede permitir que estas cosas sigan ocurriendo?
Los padres porque no se enteran; las autoridades porque no pueden hacer más que abortar algunas de estas fiestas cuando vigilan, o ir recogiendo los cadáveres una vez realizadas; los políticos porque no se ponen de acuerdo nada más que para el “y tú más”, y el resto de sociedad porque nos quejamos, criticamos, lloramos, pero no nos implicamos en cambiar a los jóvenes.
No solo hay que buscar a la persona que preparó el líquido que durante la fiesta se repartió, como están diciendo los medios de comunicación. Hay que buscar a los responsables de que este lugar albergue fiestas de este tipo, ésta y todas las que se celebran en otros lugares, incluso más cercanos a la ciudad. Y a los que criamos y educamos jóvenes que algo de culpa debemos tener.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por la acción de un conductor borracho.
Hace falta un profundo cambio cultural y de valores para que mucha juventud no intente llenar sus vacíos con toda esa mierda… y apoyo familiar e institucional.
Un abrazo,
Laura.