(Post escrito el 19 de Septiembre de 2007 por FZ madredHelena)
No quiero ni pensar, ni tan siquiera imaginarme, el sufrimiento de los padres que pierden a sus hijos en esos malditos accidentes pero que, además, son sus hijos la causa o el motivo del accidente.
Entonces, en muchas ocasiones, los padres se convierten en los responsables económicos de las indemnizaciones a pagar a las familias de las víctimas producidas.
Si se detecta que el culpable de causar el accidente conducía bajo los efectos del alcohol o cualquier otra droga, entonces, la aseguradora del coche repercutirá los gastos al dueño del coche. Pero ¿Qué pasa si el conductor ha fallecido en dicho accidente? O como en la mayoría de los casos, si el padre es el titular de ese seguro.
Entonces se produce esa doble pérdida de la que, yo creo, debe ser imposible de recuperarse.
En el caso de mi hija, el presunto culpable creo que no sufrió ningún daño, pero, a veces, pienso en su madre, si tendrá, qué pensará, qué sentirá.
Es fácil culpar a los padres de las acciones de los hijos y en muchas ocasiones así será, pero no siempre.
De unos padres no salen los mismos hijos y también, a veces, muchos padres son los últimos que se enteran de lo que hacen sus hijos y tampoco puedes poner un detective detrás de cada hijo, como hacen algunos.
Yo creo que todo comienza casi desde la cuna.
Pero nunca es tarde. Hablad con vuestros hijos. Hacedle ver el dolor que pueden producir sus actos y en especial, no sólo a otras personas a quien no conocen y poco les importan, sino, sin ir mas lejos, a vosotros sus padres.
Quizás de esta forma, sean conscientes, de que sus actos afectan a su vida pero esta no les pertenece, sólo es compartida, prestada.
Si mi corazón llora constantemente, solamente con el recuerdo de la pérdida y la falta de mi amada hija, no quiero ni pensar como me sentiría si además ella, a su vez, hubiera producido la muerte de otras personas.
Padres hablad con vuestros hijos. Hijos, escuchad y hablad con vuestros padres.
No es sólo sacar el carnet de conducir y después pedir prestado el coche de mamá o papá, es mucho más, puede suponer pérdidas económicas, dentro de poco, penas de cárcel y lo peor de todo, pérdida de vidas, la propia y las ajenas.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.