Hoy pasaba de una noticia a otra y todas eran sobre desalmados. No sé si es porque estoy tan enfadada con este mundo que sólo me fijo en lo malo.
Sí, desalmados de esos impresentables que pueblan nuestra sociedad y que no merecen tener madre porque quizás ella no sea responsable de haberle traido a este mundo.
Una de esas noticias hablaba de «las pikas«, carreras ilegales; la otra sobre quien no sólo tiene un defecto, sino que se le suman muchos.
En la primera noticia decía que habían sido detenidos una docena de jóvenes en Mallorca, por hacer carreras ilegales y, además, colgarlas en Internet. Además se les han retenido 15 vehículos, modificados, para correr más.
Recuerdo que en nuestra juventud, nos llegaban ejemplos en películas de América, sobre pandillas de jóvenes, en los que se apostaban quién llegaba antes al borde de un precipicio y conseguía frenar. La chica, por la que a veces competían, les daba la salida a los coches con un pañuelo. Como era de esperar, casi siempre, uno de los dos jóvenes caía por el precipicio.
¡Pues fenomenal! Uno menos y lo siento por su madre. Pero es que estos nuevos pandilleros que se dedican a «las pikas», lo hacen poniendo la vida de los demás en peligro; pasando por entremedias de otros coches; haciendo adelantamientos de infarto; jugando a matar.
Creo que he oído en las noticias que ya les han puesto en libertad.
La segunda noticia hablaba del jóven que pegó a una chica ecuatoriana y fue grabado por las cámaras de renfe en Cataluña. Esta vez Ha sido conenado por conducir ebrio y sin carnet, un ciclomotor. Una joya.
Total, una multa y sin conducir durante 10 meses. ¿Y qué? Con semejantes antecedente ¿Lo va a cumplir?
Como diría una tía mía ¡Jesús, Jesús que leche!
Yo diría más, pero estoy tan enfadada que no me atrevo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por un conductor borracho.