Decomisar las armas con que matar

 (Post escrito el 5 de junio de 2008, por FZ madredHelena)

 El fiscal del Seguridad Vial Bartolomé Vargas, ayer en el V Foro de Violencia Vial, hizo unas declaraciones que se han convertido en polémica en el día de hoy.

Y yo me pregunto ¿Por qué? ¿No se le retira a un asesino, a un homicida el arma con la que ha producido una muerte?

Cada día las noticias están plagadas de conductores con alcohol, conductores en dirección contraria, conductores que han provocado accidentes por exceso de velocidad y a veces, estos son reincidentes.

¿Qué pasa con ellos que por hacer sus fechorías con un coche pueden volver a hacerlo y si lo hicieran con una pistola o un cuchillo no?

Los muertos, una vez muertos, están muertos y los muertos por los mal llamados accidentes de coches son en número, más de los que se producen por cualquier otro tipo de violencia.

Y para muestra sólo un botón:

Detenido dos veces en 1 hora, un conductor con alcohol y en coches diferentes.

Detenido un conductor ebrio por un atropello mortal. Por la mañana ya había sido detenido por conducir con alcohol

Sin carné, ebrio y en sentido contrario

Y esto es sólo una muestra. Si estas personas hubieran salido a la calle con una pistola, apuntando a la cabeza de cualquier ciudadano y diciendo ¡pun!, simulando que les disparaban, habrían sido detenidos inmediatamente y el arma les habría sido retirada.

Ya es hora de que se eviten tantas muertes anunciadas. Ya es hora de que no sigan muriendo víctimas inocentes. Ya es hora de que los culpables paguen por lo que hacen.

Las víctimas ya hemos perdido bastante: a nuestros seres queridos, nuestro futuro, nuestra vida en vida y estamos heridos, con una herida que no sangra, pero que poco a poco nos mata.

Mi querida Helena,

no sé si vivo por ti,

aunque sí estoy segura

que muero por ti

y esta vida y esta muerte,

me está matando.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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