Helena cumple treinta y tres años. Doce de ellos, bajo tierra.
Hoy, a través de Facebook, alguien me preguntaba detalles del mal llamado accidente. Si hubo más muertos, que hizo y dijo el causante, etc. Y la pregunta final ¿Qué fue del borracho? Supongo que seguirá en la cárcel ¿no?
La mayoría de las personas no saben que matar con un coche está muy poco penado. Una gran cantidad de siniestros se saldan con una condena de quince, veinte meses de cárcel. Y que no siendo más de dos años, no llegan a entrar en ella.
Que en el peor de los casos, en los casos más extremos, la condena por homicidio imprudente, en caso de «accidente de tráfico» no llega a cuatro años de cárcel, aunque podría ser más.
Que últimamente se están pidiendo endurecimiento de las penas, pero que ya sería más que suficiente si se aplicaran en toda su extensión, pero no se hace.
Que de nada sirve quitar puntos si después hay un curso en los que los puedes recuperar.
Que hace doce años que grito que mi hija murió por el alcohol que otro tomó, pero sigue habiendo madres que continúan perdiendo hijos por el alcohol que otros toman.
Del borracho no sé nada. NI QUIERO SABERLO.
No sé si él se habrá perdonado, pero yo le maldigo cada mañana.
Me arrebató lo más precioso que tenía. Hoy mi hija sería una mujer, probablemente madres, y yo abuela.
Ese borracho acabó con muchas vidas en un solo acto. Y quiso hacer pasar a su acompañante por la persona que conducía, pero resulta que esta persona no tenía carnet. Bastante bien sabía él, en que estado iba.
Felicidades, hija. Feliz cumple sin velas.
Y me desangraré en el intento,
viviré rota
por el resto de mi vida
procurando que
tú no seas el bebedor pasivo (Flor, madre de Helena)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.