En una ocasión, alguien que había conocido en un evento de Seguridad Vial y que publico mi «carta abierta a los jóvenes» en una revista, me critico un comentario que hice en Facebook sobre el trabajo de la mujer en casa, que no cotiza a la seguridad social, y no tiene jubilación. Me decía que yo era una mujer luchadora por los siniestros viales, admirada por muchos, y no debía meterme en esos jardines. Más o menos.
Pero resulta que yo soy mujer. Trabajadora fuera de casa durante 45 años. Ganando menos que otros compañeros del genero masculino. Con menos posibilidades de progresar y no por mis facultades y trabajo.
Que soy madre de otra mujer, que si no fuera por el maldito borracho que se la llevó por delante, habría sido una mujer luchadora, ya estaba más preparada que otros muchos, y era una mujer que se indignaba por la diferenciación entre géneros.
Por todo ello, y ahora que ya solo trabajo en casa, el día 8 de marzo, colgaré mi delantal en muestra de solidaridad con el resto de mujeres.
Porque quiero seguir la lucha que en 1911 comenzaron otras mujeres que dieron su vida por la igualdad en el trabajo.
No tengo nada contra el hombre, salvo algunos hombres. Yo no lucho para que se lo quiten a un hombre para que se lo den a una mujer. Lucho para que en igualdad de condiciones, no haya discriminación de género. Y aquellos que están en contra de esta huelga, es porque algo temen perder.
¡Por mi hija!
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, a la que mató un conductor borracho.