Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros de Tráfico 2020.

El lazo naranja de las víctimas de tráfico

Un año más llegó el día de las víctimas. Ya son dieciséis. A Helena la mataron el primer año que fue declarado este día mundial. Un día que ni siquiera es cada año el mismo, al ser el tercer domingo de noviembre. Supongo que lo declararon así, en domingo, para que fueran las víctimas las que se encargaran de su difusión. No quiero ni pensar que tenemos tan poca importancia que por eso no nos adjudicaran un día en concreto, como tienen tantas otras cosas, algunas sin importancia.

Desde este blog, cada año me he implicado en su difusión, reivindicación, y aportando mis manifiestos. Unas veces con asociaciones, otras veces aportando mi participación y ayuda para otros, y siempre con el deseo de que las cosas cambiasen.

Pero después de 16 años, ha cambiado poco. Las víctimas seguimos reivindicando prácticamente las misma cosas.

Este año, compartimos pandemia con otra. La pandemia de los «accidentes de tráfico», ahora mismo, se unifica en número de víctimas, con la pandemia de Covid: 1,3 millones de muertos. Pero en este día, las noticias hablarán poco de esas víctimas de siniestros viales, por no decir que en muchos casos ni harán siquiera una referencia, y sí se hablará del número de afectados de este virus, el día de hoy y se sumarán las víctimas.

Es difícil llegar a saber el número de víctimas que se producen por los mal llamados accidentes de tráfico. Cuesta encontrarlo y por supuesto siempre es con el retraso de un año o más. No pasa así con la información diaria de muertos por el virus, por supuesto otra tragedia, que va sumando cada día.

Las autoridades encargadas de informar del número de muertos o heridos por siniestros de tráfico, siempre hablan de menos víctimas. Siempre se presentan como un trofeo por el descenso de víctimas. ¡MENTIRA! Las víctimas, los muertos, siempre suman.

Ya no voy a manifestar mi pena y dolor que se prolonga durante quince años, y que no aporta nada a unas reivindicaciones que los que deberían poner soluciones, no las van a tener en cuenta. Tampoco voy a hacer las reivindicaciones que aportan o deberían aportar las asociaciones de víctimas. Y tampoco las que afectan a tantas madres como yo, porque ya las he hecho a través del manifiesto de Las Madres del Tercer Domingo de Noviembre.

A los gobernantes, presentes y futuros:

-Pido que de una vez por todas, dejemos de ser un país de borrachos y para circular la tasa de alcohol permitida sea «cero, cero».

Y un año más, desde ¡Quiero Conducir, Quiero Vivir!, también quiero aportar mi manifiesto:

-Pido un protocolo extensible a todas las comunidades, policías locales, guardia civil, mossos, erztaintza… para que las pertenencias de una víctima de siniestro de tráfico, sean custodiadas por la misma y no sean abandonadas en el arcén o dejadas en el coche, a mano de cualquier desaprensivo, o se les encargue su custodia a los profesionales de grúas, que ya tienen bastante con su labor de desalojar del asfalto un montón de chatarra.

-Pido verdaderas ayudas económicas para las familias que se rompen. Directamente, como ayudas económicas para esas familias que se quedan sin el sustento, o esos niños huérfanos, desde el momento en que se produce el siniestro, sin tener que esperar tres o cuatro años a que se resuelva el juicio, aparte de las indemnizaciones que por ley les correspondan.

-Pido ayuda psicológica profesional, para las víctimas, aparte y fuera de la que puedan ejercer las asociaciones de víctimas.

-Pido Fiscales bien formados y con ayuda de profesionales de criminología que les puedan asesorar en la investigación de los siniestros, en muchos casos, verdaderos asesinatos.

-Pido que la DGT, tenga una verdadera función de ayuda, vigilancia en la carretera, a la vez de tener una función coercitiva, aumentando el número de agentes y sus medios, y deje solo de ser una función de recaudación, imagen que tiene desde hace algún tiempo. Las nuevas tecnologías no pueden anular la función humana.

-Pido que lo recaudado por sanciones de la DGT vaya destinado a la educación vial y a las víctimas de siniestros.

Y si para conseguir todos estos medios económicos, es necesario desmontar muchos de los chiringuitos dedicados o relacionados con la seguridad vial, pues háganlo. Lo primordial es salvar vidas, y la educación vial es la base para ello.

Se que estas peticiones no son políticamente correctas, pero son las que me salen de dentro.

Dejen de hacer mamoneo y postureo. Y no me refiero solo a los que estén ahora gobernando, me refiero a todos los políticos, los que están y han estado durante mis quince años de víctima.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

www.quieroconducirquierovivir.com

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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