(Post escrito el 1 de Enero de 2008 por FZ madredHelena)
Querida hija:
Un año más que no estás con nosotros. Una noche vieja más sin tu presencia y un nuevo día de un nuevo año que tú no verás.
Se termina un año en donde, muchos como tú, han perdido sus vidas, aunque las autoridades se empeñan en decir que el número de víctimas ha disminuido.
Claro que ha disminuido. En las casas de casi 3000 personas ha disminuido un plato en la mesa en esta cena de fin de año, en algunas casa incluso más de uno.
Pero aún así, quieren que estemos contentos, porque podrían haber sido más.
Nosotros esta noche la hemos pasado con los abuelos, los que ya no están para fiestas ni ruidos. Y antes de las doce ya estábamos acostados, aunque no dormidos.
Nos enteramos de que son las doce y ha entrado un nuevo año, por el ruido que forman los demás, los que sí tienen motivos para estar contentos y felices.
A nosotros también nos desean feliz año, con toda su buena intención y contestamos, gracias, gracias, igualmente. ¿Igualmente? No igualmente no. Igualmente sería desearles lo que nos ha pasado y eso no, no se le desea a nadie.
¿Cómo poder expresar lo que te echamos de menos?
¿Cómo poder decir lo que te queremos?
¿Cómo poder vivir sin seguir muriendo?
¡Cómo me gustaría ser poeta para escribir los mejores versos! Aquellos que expresaran estos sentimientos.
Querida hija, otro día seguiremos e intentaré contarte noticias alegres, de este nuevo año en el que seguimos sobreviviendo, para que puedas reír de esa forma tan escandalosa que tú solías hacer.
Querida hija ¡Cómo te queremos!
“Eres lo que yo más quiero y no me canso de decirlo
eres en la noche el sueño y en el día mi hechizo
si pudiera mirarte un ratito si pudiera tenerte un poquito
eso es lo que yo siento” (“Deja de volverme loca”, Diana Navarro)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por un conductor borracho.