Patologías es el título de la última columna del escritor Juan José Millás en El País. Y la traigo hasta aquí, porque, además de parecerme muy interesante, tiene un párrafo muy real, que me he permitido subrayar en negrita.
Ya en otra ocasión, este mismo autor escribió un artículo muy interesante sobre El carnet por puntos, y que me sirvió para poder escribir mi post, basado en su artículo “Yo me apunto”.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Patologías
JUAN JOSÉ MILLÁS 08/01/2010
La mayoría de los regalos que estos días han recibido los adultos y niños de nuestro mundo estaban fabricados en países remotos, de cuyos habitantes apenas sabemos que trabajan barato y desde los cinco o los seis años. Cabría preguntarse por qué las noticias, siendo también un producto de consumo, no se confeccionan en los mismos lugares que los pantalones vaqueros o las deportivas de marca. Lo lógico es que enviáramos a aquellos países lejanos la materia prima (facilísima de exportar), y que la elaboraran, en jornadas de 20 horas y sin seguros sociales, hasta alumbrar una noticia. Ya el hecho de que los Reyes Magos vengan a repartir felicidad desde lugares donde lo que abunda es la desgracia merecería una apertura a cinco columnas. A veces tiene uno el suceso delante de las narices y no es capaz de verlo.
Enviémosles los datos y que nos los devuelvan convertidos en información. Nuestros Estados, por ejemplo, auxilian con dinero público a la industria del automóvil, productora incansable de cadáveres subvencionados que no provocan ninguna clase de malestar social. En cambio, un atentado terrorista fallido a bordo de un avión nos pone histéricos, paraliza los aeropuertos durante dos o tres semanas y hace ricos a los fabricantes de escáneres. ¿Cómo coserían estos datos objetivos en donde con tanta maestría ya nos cosen los Levi’s? ¿Cómo sería la noticia resultante? El cambio de punto de vista, además de introducir un factor de entretenimiento, nos ayudaría a comprender mejor el mundo en el que vivimos y los entresijos del negocio de la información. Y todo por dos céntimos, pues un periódico o un telediario confeccionados en donde nos fabrican el resto de los bienes de consumo saldrían tirados. No entendemos el porqué de esta resistencia, a menos que los becarios de Periodismo nos produzcan una debilidad patológica.
Es un artículo interesantísimo y bastante acertado en mi opinión, al menos en lo que se refiere a los automóviles y personas explotadas en otros países. Bueno, si estas personas fuesen las encargadas de informar, sin ningún tipo de censura, sería sin duda interesantísimo, pero ya bastante explotación tienen. De todas formas creo que no termino de entender lo que implica Millás en su referencia al periodismo, al margen de la ya conocida manipulación al magnificar algunas noticias y empequeñecer otras.
Bss
Interesante artículo.
Y da que pensar … cosas en las que ni nos fijamos …