Hoy, muchos medios de comunicación reflejan los datos comunicados por el ministros Pérez Rubalcaba sobre las víctimas de la carretera durante 2010. Cifra que supongo no es definitiva y que posteriormente se verá aumentada por las víctimas producidas en ciudades y pueblos, que son controladas aparte.
El dato, 1730 personas muertas, siempre seguido por la palabra reducción, en este año un 9,1, es un dato frío, a pesar de que la cifra no tiene nada de fría. Muchas personas muertas en un goteo continuo.
Y nos acostumbramos a recibir estas cifras, ahora casi con alegría por la disminución, como algo inevitable. Con la esperanza e ilusión de que lo estamos consiguiendo, que cada vez van siendo menos. ¡Qué alegría! Este será el pensamiento de los responsables que las comunican pero ¿alguien ha pensado en las familias de esas 1730 personas que este año han desaparecido de sus casas?
La carta que cada año escribo a mi hija, muerta por la acción de un conductor borracho, este año, según muchos comentarios, llamaba la atención un comentario que ponía en boca de mi marido, el padre de Helena: “Y papá, aunque me apoya, dice que a él no le consuela que se salven otros”.
¿Y cómo no? Por mucho que disminuyan las víctimas el no volverá a tener a su hija.
De nada les habrá servido a los familiares de estas nuevas víctimas esa nueva reducción, porque para ellos no han sido menos muertes, ha sido un muerto más, o dos, o puede que tres o más.
Pero no en todas las comunidades han disminuído, por ejemplo en Galicia, o en Asturias.
Esta es una pequeña muestra de algunas de las víctimas que componen esas cifras. He tomado solo un ejemplo de cada mes. Una muestra con mucho amor solidario:
– A.S.F. joven de 25 años, muerto en Villaluenga de Palencia, el 30 de diciembre.
– Hombre de 48 años, en Orihuela, el 30 de diciembre.
– Dos varones de 21 y 23 años, en Salamanca, el 28 de noviembre.
– Una madre y sus dos hijas, en Biescas, el 25 de octubre.
– Siete personas: un matrimonio, dos hermanos, tres personas más, en Oliva de Mérida , el 11 de septiembre.
– Cuatro personas, tres de la misma familia, en Doñino, Salamanca, el 23 de agosto.
– Baltasar PR, en el km 24 de MA-12, Autovia Palma-Inca. Andreu Socies, motero, en el km. Carretera Manacor con Porto Cristo. Ambos el 13 de Julio.
– Dos motoristas, en Soritas, Castellón, el 30 de abril.
– Tres personas en Castilla la Mancha: A.G.B., en Quismondo, Toledo. Un joven de 19 años en Km. 329,5 de la N.420. Un motorista, en Km.69 de la A-31 Albacete. Todos ellos en el fin de semana del 28 de Junio
– Moises Lama Rodriguez, en Triabá, el 24 de mayo.
– Dos personas en Badalona, el 29 de Marzo.
– Joven de 27 años, en Coristanco, La Coruña, el 27 de febrero.
– Un vecino de Lerida, en el km. 126 de la N-240 Binefas, Huesca, el 31 de enero.
Un recuerdo especial para los 7.954 heridos graves, que la mayoría de las veces se olvidan. Y para el resto: Vuestro dolor es también el mío porque, antes, ya fui yo.
Junto a la información de cifras, un artículo sobre que a Rubalcaba le agradó cómo le imitó José Mota en Nochevieja. A mí, lo que más me gustó de la nochevieja fue que José Mota sacó un lazo de víctimas que aún no estoy segura si era el de las víctimas del sida (rojo) o el de las víctimas de accidentes de tráfico (naranja). No estaría mal que hubiera sido el de las víctimas de la carretera porque, por número, se lo merecían.
No os acostumbréis a estas estadísticas que siempre bajan. Aún hay mucho por hacer: puntos negros, peatones, ciclistas, moteros. Ocupamos el noveno lugar de paises con muertos por accidentes. Nuestros muertos siempre suman. Y son muchos, más que por cualquier tipo de terrorismo. Y todos podemos hacer algo para no ser la próxima victima.
Mota, paisano, únete a nuestra causa: todos podemos ser víctimas en la carretera.
(Un lazo naranja para identificar a las víctimas de accidentes de tráfico)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por un conductor borracho.
Que curioso aunque nada extraño Flor, tus palabras son las mismas que he repetido estos tres últimos días.
El lazo de Rubalcaba era color naranja, el nuestro.
Un fuerte abrazo de consuelo para esas familias a las que la disminución de los siniestros no han respetado.
Otro abrazo para los papas de Helena, Hada por la acción de un conductor que nunca debió mezclar alcohol y conducción.
Porque todos somos víctimas pero desde la responsabilidad también podemos ser parte de la solución. SOLÍDARIZATE.
Que me importa que bajen las cifras!!. No tenía que producirse ninguna muerte. La mayoría de los accidentes podrían evitarse. Vaya consuelo!!!!! A mi desde luego no me consuela. Nada ni nadie me devolverá a mi hijo. Ni a ninguna madre.
Las cosas deberían hacerse mejor, por parte de todos.