Educar para salvar vidas

En Cádiz, cuna de constitución y carnavales, en Chipiona, cuando las madres daban los últimos retoques o buscaban disfraces para sus pequeños, más de un centenar de personas se daban cita en el Primer Encuentro Andaluz de Seguridad Vial.

Un encuentro para compartir experiencias llevadas a cabos por técnicos de educación y seguridad vial de distintos puntos de España, agrupados en diversas asociaciones y que el ayuntamiento de Chipiona a través de su concejalía de Seguridad Vial ha propiciado y los policías locales de seguridad vial han hecho posible.

Una puesta en común de lo que se está realizando en muchos lugares de España, relacionado con la enseñanza de la seguridad vial, en colegios o en parques de seguridad vial y que han compartido y mostrado a los que allí estábamos reunidos (Técnicos de seguridad vial, educadores, miembros de centros de inserción social, víctimas de accidentes de tráfico, etc.)

Desde que comencé en esta lucha, hace siete años, tuve muy claro que la forma de acabar con esta lacra de las muertes por accidentes de tráfico, vendría por la educación, concienciación y un cambio de hábitos y costumbres.

Yo no podía esperar a la justicia, muy lenta en todas sus actuaciones, para encontrar algo de sosiego por la pérdida de mi hija, y que otras madres no sufrieran por lo mismo que yo, una de mis primeras preocupaciones. Desde el primer momento tuve claro que la educación era la mejor forma de prevención. Por eso me gustó tanto y me llamo la atención el título de esta jornada: Educar para salvar vidas.

Pero algo que existe en algunos municipios, bien por el empeño de sus ayuntamientos y unos cuantos policías locales que le echan ilusión y ganas de hacer, en municipios como el mío desde hace 25 años, sigue siendo algo voluntario, poco valorado, que sufre el vaivén de los distintos cambios de gobierno municipal y que sigue sin ser una asignatura más para todos los niños o jóvenes en edad escolar.

Muchos de estos policías, expertos en seguridad vial, se encuentran agrupados en diversas asociaciones (ATESVEX, ADEVI, ADEVA, APEMEV, ATESVAN… ) y algunos de ellos siguen participando, proponiendo colaborando en buscar formas nuevas de enseñanza y respeto en la convivencia con el tráfico, aun habiendo sido separados de esa actividad de enseñanza de seguridad vial, de forma voluntaria fuera de su trabajo, porque están convencidos de la importancia de esta educación. Y las asociaciones de víctimas seguimos insistiendo en la necesidad de esta enseñanza, en todas las etapas de la educación, de una forma obligatoria.

Educación para la ciudadanía, en algunos lugares, tenía una sección dedicada a la seguridad vial. Una sección muy pequeña que ahora, con su supresión, también se ha perdido.

En estas jornadas pudimos disfrutar de algunas actividades desarrolladas por estos educadores, muy curiosas y enriquecedoras. Como es “la multa de la vergüenza”, llevada a cabo por los niños de Chipiona. Una actividad dentro de la enseñanza de seguridad vial que se realiza en la calle, en la que los niños son los que sancionan a los conductores. Una sanción moral de difícil pago y mucha vergüenza.

Eso me recordó uno de mis eslóganes por la vida: “Conduce sin miedo pero con vergüenza”.

Y por nombrar solo algunas de las muchas que allí se expusieron,  la enseñanza que lleva a cabo la policía local de Isla Cristina, a través de canciones y marionetas, una de las ideas más fresca y joven que  se mostró.

En definitiva, una jornada muy especial y enriquecedora, de la que, como siempre, saqué muchas enseñanzas y que me reafirmó para que hoy, día en el que nuestra asociación Vida en la Carretera se reunirá con el presidente de la Comisión de Seguridad Vial del Parlamento Español, ante el que llevamos nuestra petición de la enseñanza de seguridad vial obligatoria en todos los colegios, nos dará fuerza para defenderla con mayor ímpetu.

Muchas gracias a todos los ponentes, a todos los que hicieron posible esta jornada y especialmente a los que me invitaron, arroparon y trataron con tanto cariño. Y una sugerencia para las próximas: conseguir que asistan más educadores, y algún niño o joven que aporten también su visión.

Y no olvidéis mis frases: Un niño educado es un futuro conductor concienciado.

Y…”que hablen los buenos”.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

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5 respuestas a Educar para salvar vidas

  1. Esther, madre de Juan. dijo:

    Cómo me hubiera gustado ir, Flor!! Siempre me quedo con las ganas de asistir a estos eventos, pero mi trabajo me lo impide. Menos mal que tú siempre nos haces un estupendo resumen.
    Ojalá que consigamos entre todos que la Educación Vial se haga obligatoria en todos los colegios y para todas las etapas.
    Suerte para hoy!!!!!!!
    Un abrazo

  2. Muy buena crónica de lo acontecido. Los que desde siempre hemos visto que la educación es el camino para luchar contra esta lacra, nos reconforta que en los últimos tiempos se valore esta propuesta. El mejor siniestro es el que no se produce, por eso seguimos pensando en que EDUCAR PARA SALVAR VIDAS, es la mejor propuesta.

  3. Jacinto Mateos dijo:

    Hola Flor:

    En primer lugar agradecerte enormemente el esfuerzo de venir de tan lejos para asistir y participar en el encuentro.

    Muchas gracias por ser tan amable y tener siempre alguna palabra agradable para todo el mundo y ademas estar siempre en primera linea defendiendo lo que crees justo y en defensa de salvar alguna vida o bien ayudar a las personas que ya han sufrido alguna perdida.

    Has hecho un resumen muy bueno del encuentro para que los que no hayan podido asistir tengan una buena informacion de lo que ocurrio en el evento.

    Tambien tengo que decir, para que se entere todo el mundo, que tienes una calidad humana inmensa y muy dificil de superar, te deseo mucho animo y que tu llama continue viva muchisimo tiempo porque hay muchos que la seguimos y nos transmite muchas ganas de seguir adelante ayudando a todos los que podamos.

    Enfin, no quiero casarte, seguiremos en la lucha en defensa de las victimas, familiares y amigos a pesar de todas las traban que nos ponen en el camino.

    Jacinto Mateos

  4. Laura dijo:

    Flor, tiempo sin pasarme por aquí…

    Tengo un alumno de clases particulares, adolescente en este caso, y, con aquello de una explicación de lengua, he aprovechado hoy para lanzarle algo sobre el consumo de alcohol responsable y parece que lo ha recibido bien. 😉

    «Para educar a un niño hace falta un tribu entera»

    Proverbio africano.

  5. José Maria Navarro dijo:

    Gracias Flor por sentir y defender como principio del cambio, la educación. Somos muchos los que llevamos años defendiendo esa idea y gracias a seguir trabajando cada vez somos más. Pero tenemos que tener presente que la educación vial es cosa de todas y cada uno de las personas que nos desplazamos por las vías públicas. Nuestro ejemplo es el que puede hacer cambiar las cosas. Recordemos que la palabra convence, pero el ejemplo arrasa.
    Un abrazo desde Badalona.

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