Helena, mi hija, bailaba muy bien, y le encantaba. Durante un tiempo, practicaba bailes deportivos de salón, y ganó algún premio, después lo dejó para dedicarse a los estudios. Tenía una habilidad especial para bailar, desde muy pequeña.
(Helena calentando antes del comienzo de una competición)
Cuando nos dijeron que había muerto en un accidente de tráfico, yo repetía una y otra vez, no, no, mi hija no, y me decía para mí, la gente no muere, se queda en una silla de ruedas. Y eso es lo que yo hubiera deseado, pero, a veces, me pregunto que habría querido ella.
Pero mi hija, una persona sana, llena de alegría, no perdió su vida por el consumo de drogas. Ella murió por el alcohol que otro tomó. Y aunque para muchos el alcohol no parezca una droga, lo es.
Por eso ayer me impactó tanto la nueva campaña contra la drogadicción de la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción, con las bendición de la DGT.
Siempre he dicho que las campañas contra los accidentes debería hacerlas con víctimas. Serían las mejores campañas, las más efectivas.
Un cúmulo de sentimientos han aflorado en mí al ver esta campaña. Porque mi hija no pertenece a ese 8,1 % que muere en la carretera por haber tomado drogas, pero sí fue la consecuencia.
Recuerdo cuando hace 8 años corría como una loca detrás de los grupos musicales para animarles a que en sus conciertos pidieran a los jóvenes que no condujeran si habían bebido o tomado otras drogas. O como escribí a otros cantantes o músicos para pedirles lo mismo.
Esta vez son tres DJ los que han hecho una canción para que no la bailes tú. En musicadanceparaquetunolabailes, puedes encontrar los tres trabajos realizados por Dani Moreno, Crístian Varela y Abel Ramos, para Jaime, Óscar, Jonathan, una canción que ya no pueden bailar.
Pero mi hija tampoco puede ya bailar.
Esta campaña me viene tarde.
¿Y tú, quieres bailar ésta canción?
La gasolina no combina con el alcohol u otras drogas.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por un conductor con alcohol.
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