Insultos para conducir

(Post escrito el 21 de octubre de 2007 por FZ madredHelena)

Hoy, oyendo el programa de Pepa Fernández “No es un día cualquiera”, en Radio Nacional de España, comentaba Pancracio Celdrán en su sección de insultos y elogios, que cuando él conducía, por Líbano o Israel, y alguno le hacía una pifia gorda  con otro coche, el sacaba una especie de tarjeta, a modo de un arbitro,  donde llevaba dibujado “un burro”.

No está nada mal la idea. Aquí que todos nos entendemos,  aún  con las ventanillas cerradas, siempre nos llegan insultos relacionados con la familia y en especial con las madres ¡pobres mujeres, qué culpan tendrán!

Recuerdo que una noche, cuando era aún muy joven, y volvía para mi casa después de una jornada de trabajo y para terminar las clases nocturnas en un Instituto y sin ninguna gana de ligar o aguantar lisonjas, unos jóvenes se pusieron a mi altura con un coche descapotable y comenzaron a decirme cosas, yo que nunca he llevado demasiado bien eso de los “piropos”, que decían antes, y que la mayoría de las veces no eran tales, sino impresionantes burradas, hice un gesto de asco y pronuncié algo así como “vete a hacer puñetas”.

Los dos chicos lo tomaron muy mal y entonces vinieron los insultos, adjudicándome como profesión algo que no era e intimidándome cada vez más con el coche a mi lado y altura y cada vez más cerca.

Así fuimos un largo recorrido hasta que puse la intermitencia indicando que me iba a desviar por una calle y cuando casi era imposible cambiar de dirección di un volantazo y seguí recto.

Así me pude quitar a aquellos energúmenos que tomaron tan mal mis pocas ganas de aguantar improperios.

Cuando llegué a casa y me baje del coche las piernas me temblaban más que el motor en marcha a máximo de revoluciones.

Y es que entonces teníamos que aguantar mucho: ¡guapa, donde te han dado el carnet! ¡mujer tenías que ser!¡vete a casita a fregar! Y cosas parecidas.

Y es que conducir nos pone a todos muy nerviosos y algo que andando por la calle no ocurriría, como sería ceder el paso o mirarte con cara agradable si estás de buen ver, cuando llevamos entre las manos un volante nos volvemos verdaderos ogros.

Me gusta la idea  de Pancracio Celdrán. Él, que para los que no lo sepan domina el lenguaje con gran perfección y sabe el origen de todas las palabras y dichos, incluso en latín, ha encontrado la formula perfecta para no faltar a la madre de nadie y ser elegante conduciendo.

Lo malo de esto es que, probablemente, la DGT nos prohíba sacar tarjeta a otro conductor, porque eso puede producir despiste y provocar un accidente como el uso del móvil, sobre todo al contrario, pues tardaría un tiempo en asimilar que es lo que le trataba de decir el otro con la tarjeta, porque los hay muy burros conduciendo.

Dedicado a los que cada fin de semana nos acompañan en el coche, en casa, en el trabajo, haciendonos más agradable el paso del tiempo. Especialmente a todo el equipo de «No es un día cualquiera»

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

www.quieroconducirquierovivir.com

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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