Sabia de este accidente por la prensa, como siempre, pero hoy he sabido más.
He sabido que las personas que viajaban en ese coche eran vecinas mías, de Alcobendas y he sabido que la joven que quedó muy grave, con 25 años, ha muerto.
Ella y su abuela se marcharon y su madre está grave.
Mónica, que así se llamaba, tenía 25 años. Otra joven, y parece ser que, también, sin culpa ninguna.
¡Dios mío! Mi expresión favorita desde hace más de 2 años, aunque no sea mi Dios, sobre todo en estos momentos. ¿Cuándo se darán cuenta que en la carretera no se puede hacer lo que uno quiera? Que en la carretera estamos todos y muchos con ganas de vivir, no de morir. Y ¿Por qué siempre pierden los que menos culpa tienen y no se matan los que se tienen que matar?
Otra familia rota. Otra vida cortada. Otra tragedia. Y lo seguirán llamando accidente.
Sé por lo que estaréis pasando. Vuestro dolor es también mío, porque antes ya fui yo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por un conductor con alcohol.