La DGT con buenas palabras

(Post escrito el 13 de octubre de 2008 por FZ madredHelena)

Ayer, haciendo limpieza, me encontré con un número de Septiembre de la revista XLSemanal  que no había leído.

Como casi siempre, me fui directa a la sección de Arturo Pérez-Reverte y no es porque  me sienta totalmente identificada con su escritura, que últimamente parece que está cabreado a todas horas, es porque me trae recuerdos de tiempos mejores, de nuestras vacaciones con Helena por La Manga, y de las veces que le encontrábamos por Cabo de Palos.

Reconozco que él pone palabras a lo que muchos sentimos y, aún con más motivos que él, no nos atrevemos a decir.

Esta vez, el tema estaba también relacionado con la seguridad vial y tan sólo un día antes, yo misma, llamaba la atención a otras compañeras de dolor, sobre la necesidad de no trasladar toda nuestra rabia, a la forma de hablar sobre los causantes de nuestra desgracia.

A veces, es imposible no llamar asesinos,  terroristas viales, hijos de… (aunque sus pobres madres puede que no tengan culpa), mal nacidos, escoria de la sociedad, etc.

Pues Pérez-Reverte en ese artículo titulado “Es simpático el imbécil”, utiliza todos esos calificativos y algunos más, con la misma facilidad  con que últimamente termina la mayoría de sus artículos: “Hijos de puta. Hijos de la grandísima puta”.

Pero volvamos al “simpático el imbécil”.  No está de acuerdo con los consejos que la DGT nos transmite a través de esos paneles en la carretera, dándonos las gracias por no correr, en vez de ser más duros y contundentes haciéndonos ver lo que nos va a pasar si no hacemos lo correcto, lo adecuado:

 

 «Si corres, te vas a romper los cuernos», por ejemplo, da poco lugar a equívocos. «No te pases un gramo, que te lo pesan», es otra posibilidad. Sin excluir «Como vayas rápido, te metemos el carnet por el ojete», «Recuerda que tu futura viuda todavía está potable» o «Como te pillemos borracho vas a jiñar las plumas, cabrón». Cosas así, vamos. Directas. Elocuentes.

Y otros párrafos como:

No hay más eficaz apelación a la conciencia de un ciudadano que prevenirlo por el artículo catorce: si delinques, te molemos a hostias. Lo demás es demagogia, buenísimo idiota y milongas. Y además es mentira. Las gracias por no correr pueden y deben dárselas los conductores unos a otros en la carretera. Ellos sí, naturalmente. Pero una Dirección General de Tráfico, o quien sea, no tiene por qué. Que se ocupe de sus asuntos y nos evite frasecitas chorras que insultan la inteligencia de quien las lee. Lo que tienen que hacer los Estados y los gobiernos, y aquel a quien corresponda, no es derrochar cariñitos, sino eficacia: guardias civiles que inspiren respeto y radares que trituren carnets. Machacar al infractor, como es su obligación, y ahorrarnos simpatías imbéciles.

Y tiene mucha razón. Pero es que Sr. Pérez-Reverte, la DGT está actuando como aquellos padres que no han ejercido como tales durante mucho tiempo y ahora los hijos se le suben a la chepa, sin educación y ya no saben como hacer. Y utilizan distintas tácticas que van desde el buen rollito, intentar convencer con buenas palabras a utilizar el castigo, retirar la paga o “este fin de semana no sales”.

Y los hijos, igual que los violentos viales que andan por las carreteras, se las saben todas y ya buscarán ellos la forma de convencer a la mamá, para que la sanción sea la mínima o para que el castigo sea por el menor tiempo posible.

Y lomismo que pasa en la familia, en esta sociedad en la que vivimos muchos guardias civiles de tráfico, picoletos como a Ud. le gusta definir, intentan sancionar, quiero pensar que la gran mayoría con   el mejor criterio, pero siempre habrá un recurso para anular la sanción y un juez que no vea tal acción como delictiva.

Y la DGT intenta usar buenas palabras, porque de todas formas se van a meter con ella y  aún cuando utilizara las palabras que debiera, el hijo de Satanás se las va a pasar por el forro de ya se sabe.

Pues nada chicas, ya sabéis, tenéis mi permiso para decir todas las barbaridades que se os ocurran y más, pero no les pongáis apellidos a la persona a la que van dirigidas, porque, además de haber perdido a nuestros hijos  por esos desalmados, podemos ir a la cárcel en vez de ellos.

 

Tengo una compañera que tuvo juicio por llamar “asesino” al que mató a su hijito.

Supongo que Ud. Sr. Pérez- Reverte sí se lo puede permitir, así es que háganos ese favor. Pero, pensando en su madre, tal como comenta en su último artículo “Entrámpate tío”, si ella le pide que no utilice esas palabras, de vez en cuando, hágale caso que para eso es su madre.

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que otro tomó.

 

 Por cierto, mis último eslóganes para el concurso de elpais.com y la DGT:

Cinturón – Flor Zapata Ruíz

Si al nacer te anudan el cordón para vivir, anúdate el cinturón para no morir

¡Anúdate a la vida!

Velocidad – Flor Zapata Ruiz

La velocidad no está de moda. La vida sí

No tengas prisa. Aún no has empezado a vivir.

A veces me sorprendo de cómo puedo ser, aún, tan bien educada en mi forma de hablar. Perdóneme Sr. Pérez-Reverte.

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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