Ayer estuve en una charla de seguridad vial, que una empresa petrolera dio a algunos de sus empleados.
Mi exposición se titulaba «El alcohol que otro tomó», os podéis imaginar por qué. Pero la podría haber titulado «Las drogas que otro tomó», porque se nos olvida que el alcohol es una droga más, la única legalizada, y bien vista por la sociedad, pero droga al fin , y como tal afecta a la conducción.
Entiendo que las empresas pongan este tipo de charlas, porque las muertes en siniestros de tráfico en horario laboral, son muy altas. En el año 2013, si no estoy confundida, de un total de 1.680 muertos, más de 800 lo fueron en horario laboral.
Pero lo que más me sugirió esta charla fue el título de este post, porque, como dice la letra de una canción, el alcohol mezcla mal con la gasolina.
Pienso que estas iniciativas las deberían llevar a cabo todas las empresas, porque no solo se trata de educar a los niños en seguridad vial, también hay que concienciar a los mayores, que son a los que más les cuesta cambiar.
Lo peor de la reunión, los medios para la exposición que fallaron más que una escopeta de cartón, y me encuentro en la sala con otro ponente, una persona que estaba allí porque había matado a una persona por conducir con alcohol.
Es una persona arrepentida que esta pagando su culpa de esta forma, pero yo sigo sin estar preparada para aguantar un perdón. Lo siento.
Y lo peor, mi estado achacoso de enfriamiento y el día de después que estoy como una piltrafilla, por el esfuerzo. Porque este tipo de actos, altruista y voluntario, no es tan fácil de llevar a cabo. Se necesita mucha fuerza para exponer y aguantar el tipo, recordando e intentando transmitir a los demás, que esto le puede pasar a cualquiera sino cambiamos.
Mi agradecimiento a la asociación que me invitó, a la empresa por tener estas inciativas, y a los que me aguantaron.
Y ya sabéis, EL ALCOHOL CON GASOLINA SIENTA MAL. No bebas, ni te drogues, si vas a conducir.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.