Cada verano, desde que comencé este blog, escribo con el deseo de que no sea el último verano, y con el recuento macabro de los que no volverán.
De momento, son 377 los que no han vuelto este verano. Y digo de momento, porque los números nunca cuadran cuando se refieren a personas. No recogen todos los muertos, ni todos los que morirán como consecuencia de un accidente de tráfico.
Me disponía escribir sobre estos 377 y sobre esos que cada día se han salvado, con relación al año anterior, una persona diaria, cuando he tenido información de uno que a partir de este momento no es un número dentro de un total, sino que tiene un nombre: Sergio.
Iba a comenzar diciendo que de nada sirve que estas últimas vacaciones hayan muerto 77 personas menos que el año pasado, porque en sus casas no sabrán que tienen la enorme suerte de tener una segunda oportunidad. Ellos no se harán mejores personas y darán más besos, porque ellos no saben, no piensan que podían haber sido uno de esos 377 y no entenderán que los besos que no se dan se pierden.
Ellos no serán titulares de una noticia en la que pertenecen a un número pero además tienen iniciales, como G.M.V. de 14 años (30 de junio), por empezar por el principio del verano, o Juan Antonio D.B de 57 años, para seguir con J.L.R. de 16 años.
Hoy, he tenido la suerte y la desgracia de conocer que uno de esos, no menos muertos sino para su familia un muerto más en la carretera se llama Sergio. Un comentario en el post que recoge su muerte me lo ha revelado. Y como he puesto en mi comentario de contestación, si los datos de la noticia aparecida en los periódicos son correctos, Sergio murió en uno de esos puntos negros de la M-607. Lástima que el mismo día que yo escribía sobre esta nueva muerte en la M-607, Esperanza Aguirre fuera noticia por poner la primera piedra de las nuevas obras que se van a llevar acabo en el entorno de Colmenar Viejo y El Soto, para desdoblar la carretera en unos cuantos kilómetros. A Sergio y la mujer que perecieron en el km. 44 estas obras ya no les afectarán.
Cuando escribí el post los accidentes del Km. 44 dela M-607, me dijo mi marido que por qué no hacía una investigación de las muertes que se habían producido en la asesina M-607 y propicio una revolución para que se arregle esta carretera. Le contesté que, a veces, me faltan las fuerzas, porque no es fácil estar rememorando mi dolor con el dolor de los otros y no encontrar ni un comentario.
Son muchos de nuestros seres queridos lo que se han quedado en esa carretera y sólo he recibido un comentario. El que se refiere a Sergio.
Esther, la madre de Juan va a necesitar mucha ayuda para llevar adelante su lucha contra los puntos negros, a ver quién la apoya.
Parece que seguimos teniendo una aceptación, un conformismo, una resignación en lo referido a los accidentes de tráfico ¡En los mal llamados accidentes de tráfico!
Las víctimas de cualquier accidente de aviación piden respuestas. Están en su derecho. ¿Pero quién se pregunta por qué murió su familiar? ¿Cuántos se conforma cuando les dicen “se desconocen las causas”? ¿Cuántos siniestros de tráfico se quedan sin investigar?
Hasta cuando pensaremos y aceptaremos que es normal morir en la carretera.
Quiero terminar con un párrafo de Clara, la prima del amor de Sergio:
…Suele decirse que no morimos del todo hasta que dejan de recordarnos… Y espero que con este comentario, recordemos a Sergio y a todos los que han fallecido tristemente en los crueles puntos negros de nuestra geografía más oscura, un poquito más, para que mueran un poquito menos…
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, víctima de un mal llamado accidente de tráfico.
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Me parecen muy bonitas y acertadas las palabras de Clara.
Hasta hoy no he sido capaz de poder expresar mi sentimiento hacia esta muerte. No quiero por ello ser protagonista de nada mas que de expresar mis recuerdos, mi sensacion hacia esta triste muerte.
Por casualidad el día de su muerte vi este post que por desgracia nunca antes habia visto.
La palabras de Clara me llegaron al corazón, por ello primeramente permitidme mandarle mi mayor apoyo a su prima ya que, siendo esposa entiendo el dolor de la perdida del ser amado.
Conozco a Sergio de toda la vida.Fuimos amigos de pequiños y en la adolescencia. Fue el mejor amigo, el mejor confidente, un deportista nato, un verdadero y especial hombre. Traía locas a las niñas siempre!! Con su porte, su simpatía, que años tan maravillosos.
Conozco a su familia de siempre, a su hermano, a sus padres, primos…
El domingo vi a sus padres, como imaginaréis estan destrozados, serios, pensativos… Lo que cambian las cosas. Nunca pensé que ya no volvería a verle.
No puedo llegar a imaginar su dolor, su tristeza. Mi tristeza de amig@ ni siquiera se acerca a su dolor.
Toda una vida por delante truncada por una carretera, por un triste recorrido.Por algo que nadie quiere ver y que solo las familias de las vívtimas ven. Algo por lo que luchar y que por desgracia solo damos el paso para ello cuando ocurre esto. Cuando pasa lo que ese día y muchos días atrás pasó, algo que no tenia que haber pasado.
Ya no podremos volver a hablar de aquellas chiquillerias ni de porque o porque no ibamos a la plaza o al parque.
De aquellas noches de «puente» que echabamos viendo las estrellas a oscuras.
Pensaréis que son palabras, solo palabras, pero no guardo ni un momento amargo de los que pasé con él. NI UNO. Todo eran risas a su lado.
Mi mas sincero pésame en primer lugar a toda su familia, a sus amigos, a su novia y a todas las familias, amigos, novi@s, de todas las personas que han muerto en este triste tramo de carretera.
SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES NUNCA EN NUESTRO OLVIDO
Son palabras muy bonitas.
No sé cual era tu grado de amistad o conocimientos de los padres de Sergio, pero me gustaría decirte que no les olvides. Es muy triste cuando pierdes a un hijo y, además, pierdes a los amigos que tenía tu hijo.
Flor, madre de Helena.