Pagar por morir en la carretera GI-346

El 5 de  diciembre de 2008, David Bagudà Bahí moría en el kilómetro 0,700 de la carretera GI- 346, término municipal de Gualta, Girona. Ahora, tiene que pagar 200 Euros por los desperfectos.

(La factura)

Esta es una doble historia de dolor: Perder la vida por una mala carretera y, además,  tener que pagar por ello.

(Aunque está en Catalán se entiende perfectamente)

Sus padres, después de recibir esta carta del “Serveis Territorial a Girona” y no precisamente para expresarles sus sentimientos de condolencia, sino para reclamarles los 200 euros, han decidido contestar con ésta carta:

Sr. Director del Servicio Territorial de Carreteras,

Nos dirigimos a usted en referencia al siguiente asunto: hemos recibido, el pasado 6 de noviembre, una carta certificada a nuestra dirección familiar dirigida explícitamente a nuestro hijo David Bagudà Bahí. Debemos decirle que se ha cometido un error. Nuestro hijo ya no vive en esta dirección. Querríamos darle la nueva dirección pero, realmente, aun cuando sabemos dónde está, ya le decimos  que su carta no llegaría nunca.  David Bagudà Bahí nació el 23 de septiembre de 1993 y murió el 5 de diciembre de 2008. Tenía 15 años cuando perdió la vida en aquel accidente que, según usted, ocasionó estos gastos por las reparaciones y las actividades realizadas de manera urgente con el fin de restituir y garantizar la máxima seguridad viaria. De verdad cree que con estas actividades se restituye la máxima seguridad viaria en esta carretera? Déjenos explicarle cómo es esta carretera que después de estas actividades volvió a ser tan “segura”.

Tiene seis metros de anchura. No tiene arcén ni una porción de tierra que pudiera suplirlo, sino todo lo contrario; en muchos tramos, justo al acabar el asfalto, empieza un margen con una pendiente tan pronunciada que un coche volcaría, y no hay ninguna barandilla para evitar una caída. La media de vehículos que circulan  es de 10.000 coches diarios  y muy a menudo te encuentras con camiones de gran tonelaje circulando.

 

Ahora déjenos explicarle como esta carretera tan “segura” contribuyó a los accidentes que tuvieron lugar el 5 de diciembre de 2008. Sí, concretamente dos accidentes.

Aquel día, alrededor de las seis menos cuarto, en esta carretera, pasaba un ciclista dirección Torroella que, cómo puede deducir, tenía que invadir el carril de coches para poder circular. Empezaba a anochecer y no traía ni luces ni chaleco reflejante. Le seguía un coche  detrás el cual tuvo  que frenar muy fuerte para no chocar con él (con el ciclista), porque es la única manera de evitar la bici sin invadir el carril contrario.

Por lo tanto, frenas y esperas que el coche de atrás tuyo también lo haga. Y s , en este caso, el coche de atrás también lo hizo. También tuvo que  frenar el tercer coche,  que iba detrás de estos dos; pero, por el que vimos, llevaba las ruedas gastadas, cosa que ocasionó que la distancia de frenada fuera demasiada larga e impactó con el coche que tenía en frente. Nadie se hizo daño, pero este tercer coche quedó con el motor roto. Se quedaron ocupando todo el carril porque, precisamente, estaban en un de aquellos tramos de la pendiente en vez de  arcén. Estuvieron así unos 15 minutos, mientras esperaban la grúa. Por lo que me han dicho testigos que pasaban por la carretera, y por el que se puede deducir fácilmente viendo cómo y dónde sucedió  todo, el accidente no estaba señalizado con las  luces de emergencia de los coches, ni con triángulo, ni nadie que estaba por la carretera traía los chalecos reflejantes puestos. Pero cada vez  iba oscureciendo más. Aquel día, nuestro hijo había ido a ver sus amigos de Gualta y alrededor  de las seis de la tarde ya volvía a casa con su moto. Se incorporó en esta carretera de “máxima seguridad” viaria. Sólo tenía que hacer un km. y ya estaba en Torroella de Montgrí, y un Km. más por dentro el pueblo y ya estaba en casa. Los coches accidentados estaban al final de una recta de más de 400 metros desde donde él salía. Con más de 400 metros hay tiempo de sobra para ver unas luces de emergencia o un triángulo a 50 metros del accidente, e ir frenando. Pero nada de esto era y cuando  David, nuestro hijo, los vió parados, ya fue demasiado tarde para frenar y evitar la colisión. Pero no lo era para frenar y a la vez evitar el choque desviándote hacia la izquierda. Y es lo que él hizo. Frenó y fue hacia la izquierda esperando esquivar aquel tercer coche accidentado .Y lo hubiera conseguido, sino fuera porque vendía un coche en sentido contrario.¿ Qué haría usted? No hay más alternativas, o contra uno  o contra el otro. Colisionó en la parte  trasera más izquierda del coche accidentado y nuestro hijo salió empujado hacia el aire contra el coche que vendía de caras. Un impacto brutal contra este vehículo lo tiró al margen contrario de donde circulaba y… allí dejó de respirar.

  

Vemos muchas causas (o debemos decir negligencias) que produjeron la muerte de nuestro hijo. Pero hay dos que, si les grabáramos una misma condición al principio, habrían desaparecido. La condición sería: «Si la carretera hubiera tenido arcén»

  •  Si la carretera hubiera tenido arcén, la bici habría circulado por este y no se hubiera producido el primer accidente.
  •  Si la carretera hubiera tenido arcén, los coches accidentados se habrían podido desplazar dejando de ocupar todo el carril. David, al verlos, habría podido desviarse hacia la izquierda sin peligro de una colisión frontal con el vehículo que venía de caras, porque no hubiera tenido que  invadir, para nada, el carril contrario.

 

 Le pide a  David 200 € porque su accidente causó unos desperfectos en la carretera de los cuales se derivaron unas limpiezas. Por si acaso consiguiera traer esta reclamación allá dónde está él, no tenemos ninguna duda que vendría devuelta con una nota delante:

«¿Y por qué miras la paja en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que hay en tu ojo?

Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces te verás para sacar la paja del ojo de tu hermano.»   Mateo 7:3,5

 ¿Y sabe qué le decimos? Como nos gustaría que con su accidente no sólo hubiera malogrado una ínfima parte de esta carretera sino que la hubiera dejada completamente destruida quedando sólo el polvo de lo que era! Así la reconstruirían y, esta vez, puede que sí la hubieran dejado con una máxima seguridad viaria. Cuántas personas mantendrán la vida el día que lo hagan!

Todo el mundo de aquí dónde vivimos y de los pueblos de los alrededores sabe que sólo es cuestión de tiempo, y poco, que se vuelva a producir una muerte por culpa del estado de las carreteras. Pero ya sabemos que para este mundo hay muertos y MUERTOS. Nuestro hijo es de estos muertos considerados un número más parar poner en las estadísticas de los ministerios y consejerías; estadísticas que, francamente, a nosotros no nos han servido para nada.

 David tenía 15 años e iba en moto, dos premisas que, a ojos de la sociedad, lo hacen culpable al instante. Pero todo el mundo quien lo conoce sabe con que prudencia conducía. Nosotros confiábamos plenamente en él. Pero esto es nada cuando hechos ocasionales, por un lado, y crónicos, por otro, convergen para no dejarte escapatoria.

 

¿Ha conocido alguna vez una persona con luz? David era una de estas personas. Siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás y era enemigo de las injusticias, a las cuales se enfrentaba sin temor al “qué dirán”. Un niño paciente y con mucha inteligencia emocional. La pérdida de David nos ha dejado un vacío que nunca nadie más llenará. Ya  jamás sabremos disfrutar de nada en este mundo, porque traemos su muerte en la sangre. Ya jamás su sonrisa nos hará renacer cada día. Ya  jamás nos iluminará con su presencia. El mundo ha quedado más oscuro sin él.

 

Y por último, queremos  decirle también que si el protocolo para notificar estas deudas con el Servicio Territorial de Carreteras es: “Lo notificamos y si la persona a la cual va dirigida está muerta, ya nos lo harán saber”, es de una inhumanidad y de una crueldad insondables, y querría creer que ni siquiera lo sospechan. Y si los que deben velar por nuestra seguridad y nuestro bienestar en esta sociedad (que se vanagloria tanto de proteger los derechos humanos y de estar en las élites de los países desarrollados), se dedican a hacer leyes, artículos y decretos que permiten reclamar dinero a un niño muerto, que podría estar vivo si no fuera por la dejadez que los hace mantener carreteras mortales, es que hemos caído muy bajo y ni siquiera hemos sentido el batacazo.

 Esperamos que, con todo lo que hemos expuesto, comprenda que leer su carta ha sido recibir una puñalada de cinismo.

Los padres de David Bagudà Bahí

(Toda la documentación de este post me ha sido facilitadas por los padres de David) 

Mi solidaridad para con estos padres. Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

 

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6 respuestas a Pagar por morir en la carretera GI-346

  1. vane dijo:

    Sencillamente indignante…..ya se lo dije en su día a Marta, la mami de David….no hay palabras

  2. MARTA dijo:

    Gracias Flor para ofrecerte a difundir ese cinismo con el que nos atacan.
    Un beso a Helena desde este mundo de penas a su mundo de luz.

  3. Mari Carmen dijo:

    Antes que nada mi mas sentido pesame a la familia de David y un abrazo para Flor.
    Me pregunto si la carretera está en tan mal estado y carente de seguridad ¿no hay forma de denunciarlo y ser los afectados quienes pidan responsabilidad civil?
    A mi parecer no merecen esa carta de respuesta a la indignante peticion de 200€ , no se que mas me queda por ver…

  4. Mercè LLop dijo:

    Hola soy amiga de Marta y usuaria de la maldita carretera.
    Es infame el estado de ella, la poca anchura y la falta de arcen.
    Gracias por el apoyo y difusión.

    Mercè

  5. Josep Camós dijo:

    «Cinismo» es una palabra que se queda corta para definir lo que esgrimen en sus discursos esos a los que pagamos con nuestros impuestos para que nos administren.

    Mis condolencias a los familiares y amigos de David.

  6. ELENA VILLAMAYOR dijo:

    Hola, soy como tú una victima de las personas insesibles, aunque en mi lugar mataron a mi hermana y madre las atropellaron y se dieron a la fuga, hoy estoy estudiando para ser profesora de seguridad vial y voy a explicar el caso de tú hijo, creo que si que podemos hacer algo, tú tambien debes creer así y luchar para que este mundo cambie. un beso te deseo lo mejor.

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