Carta a Cristina

El Periódico 17.07.2006. Tema del Día. Seguridad Vial. “Detenida por atropellar a dos ciclistas bebida y salir huyendo”. Esther Celma. Tarragona

CARTA A CRISTINA

Por los medios de comunicación he podido enterarme de cómo Cristina conducía bajo los efectos del alcohol y atropellabas a dos ciclistas.

Mi hija, la única que tenía, murió en Abril de 2005 por la irresponsabilidad de una persona que conducía, también, bajo los efectos del alcohol. Ella tenía unos años menos que tú Cristina, sólo tenía 20 años.

¿Te imaginas? Esta vez podrías haber sido tú la fallecida. ¿Te imaginas cómo estaría tu madre? Podrías haber sido también la causante de la muerte de los ciclistas. ¿Te imaginas a sus familias?
No, tu no puedes imaginar nada. Probablemente, tú no puedes saber el dolor que produce quedarse sin una hija o sin un ser querido. Si lo supieras no conducirías en ese estado.

Desde que mi hija murió, me dedico a escribir a los jóvenes, me preocupo por ellos, les advierto de los peligros de la conducción, les defiendo de los que dicen que los jóvenes sólo sabéis beber, ir de marcha, etc. Digo que no todos los jóvenes son así, que no todos los jóvenes conducen bebidos, que no todos los jóvenes son los causantes de los accidentes, al menos, mi hija fue victima inocente. Hay quien me dice, “no te molestes, no te van a hacer caso”. Cuando leo noticias como la tuya, me desespero.

He perdido a mi hija y no quiero que otras madres pasen por mi situación, pero, los que sois “presuntos culpables de estos mal llamados accidentes”, no tenéis derecho a destrozar o quitar la vida a víctimas inocentes, que para el bien de esta sociedad, son más valiosos que vosotros.

No te han quitado 12 puntos, te han dado la vida. La posibilidad de que no te mates o mates a alguien en una carretera.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un cnductor borracho.
Alcobendas. Madrid.

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
Esta entrada ha sido publicada en Antiguos escritos, Correo sin entregar y etiquetada como , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *