Morir antes del entierro

 

 (Post escrito el 17 de junio de 2008 por FZ  madredHelena)

 El accidente producido el pasado domingo en Villarrubia de los Ojos me toca de cerca por el dramático resultado, 4 muertos y 3 heridos, por producirse en mi tierra y por hacer tan sólo 2 semanas que yo misma pasaba por  ese lugar.

 

Aunque todo parece que se produjo por el exceso de velocidad de uno de los coches implicados, aún se está estudiando.

 

Este accidente me trajo a la memoria dos cosas. La más reciente, como ya he dicho, mi paso por esa misma carretera hace pocos días y el peligro que percibí en alguno de sus tramos.

 

La N-420 es una de las carreteras más antiguas de España. Su recorrido se extiende durante 803 kilómetros desde Córdoba hasta Tarragona y discurre por la antigua calzada romana que unía «Corduba y Tarraco», atravesando la comunidad de Castilla la Mancha.

 

De Puertollano a Ciudad Real se desdobla en la A-41 y en Daimiel en la A-43, pero luego hay muchos tramos de doble dirección, con infinidad de cambios de rasante y donde muchos conductores realizan adelantamientos de infarto, por no hablar de los tramos parcheados que existen.

 

La segunda cosa que trajo a mi memoria fue el día que mataron a mi hija.

 

Ese día nosotros circulamos por esa misma carretera a la hora en que mataban a mi hija.

 

Cuando llegamos a casa y de una forma excepcional yo marqué el número para oír los mensajes, ya que no era la encargada de hacerlo; buenas broncas me llevaba por parte de mi hija por que nunca lo hacía, me encontré con el mensaje de la guardia civil de tráfico, y comenzó esta locura que dura ya más de 3 años.

 

Cuando nos confirmaron la muerte de nuestra hija, nuestro estado no nos permitía llevar un coche. Salí al rellano de la escalera para pedir ayuda pero mis vecinos no estaban. Si había más vecinos en el resto del edificio no oyeron mis gritos.

 

Llamamos a los familiares más próximos para que nos llevaran al tanatorio, ni siquiera se nos ocurrió llamar a un taxi. ¡Pobres nuestros familiares! La tía y el tío de Helena. Ellos estarían igual que nosotros en cuanto les diéramos la noticia.

 

Bajamos a la calle. Yo, como una leona herida no dejaba de gritar «No, mi hija no».

 

Una vecina que acababa de volver de una boda, de repente se vio envuelta en un funeral. Regresaba a su casa con el perro, fue la primera persona que nos socorrió. Subió a su casa y bajo con su marido para llevarnos al tanatorio.

 

Después he sabido que alguna otra vecina nos vio y en el estado en que estábamos ni nos reconoció. Ella nos recuerda como dos personas mayores.

 

Las víctimas de Ciudad Real se dirigían a un entierro, pero la persona que conducía era la menos allegada, supongo que su estado anímico no influyo en este accidente pero lo que está claro es que 4 familiares no llegaron a este entierro.

 

En un momento, en una familia, perdieron a la madre, el hijo y el nieto político, quedando una mujer sin abuela, padre y marido y otra sin abuela y padre. En el otro coche, una pareja también perdía la vida.

 

Pero a la vez, si esto sucedía en la madrugada del domingo, en Andalucía, en la noche, en la A-380, entre Carmona y Marchena morían 3 miembros de una misma familia al salirse su coche y chocar contra el «quitamiedo» de hormigón. Menudo quitamiedos.

 

Por eso, anoche, indignada, dolida y con la rabia que me producen estas muertes, escribía una carta a mi sección favorita «cartas al director» protestando por la forma en que se dan estas noticias.

 

Como podréis comprobar a través del link, la noticia de estas muertes termina con una referencia a la disminución de muertos en carretera en lo que va de año y el porcentaje de descenso.

 

Un descenso tratado como si fuera la bajada del “Ibex 35” o el “euribor.”.

 

¡Por Díos! ¿Cómo se puede estar hablando de familias que han quedado disminuidas, diezmadas, heridas, tocadas de muerte y hablar a la vez del frío número de las estadísticas?

 

Estas familias no son un porcentaje. Son padres, hijos, matrimonios, nietos, novios, etc., que no han colaborado a descender el número de víctimas  sino que, a partir de ahora, son víctimas de esta locura.

 

Yo pido a los profesionales del periodismo que no unan noticia con estadística. Las cifras de la DGT que las den por separado.

 

Y al gobierno, al ministerio de Fomento, a la comunidad de Castilla la Mancha que cuiden más las carreteras si quieren que las cifras sigan bajando.

 

¿Por qué se produce un desdoblamiento cercano a una capital o a un pueblo importante y se dejan tramos de carretera con gran peligro o con un asfalto nada amable y muy proclive a producir accidentes?

 

Vuestro dolor es también el mío, porque, antes, ya fui yo.

 

Flor Zapata Ruiz,  nacida en la provincia de Ciudad Real y madre de Helena

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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