Mi padre tuvo durante unos 15 años una moto, creo que era una “R.J.B”, roja y negra. ¡Me encantaba!. Él decía que era como las mujeres “muy buena presencia pero…”.
Yo creo que como a las mujeres, no se puede exigir tanto.
A mi padre le encantaba ver las tripas de las cosas y la moto no iba a ser menos. Así es que, cuando menos te lo esperabas, ya la había desmontado porque “se oía un ruidito”.
Después cuando llegaba la hora de volverla a montar siempre le sobraban piezas.
La limpiaba, engrasaba, le cambiaba las bujías o le hacía algún invento para que yo pudiera poner los pies o sujetarme.
Cuando íbamos de excursión al campo, a bañarnos a un río o a un pantano, muchas veces se paraba y siempre recuerdo a mi padre sacar una lija y darle a las bujías. Las colocaba y volvía a arrancar.
El se enfadaba mucho y decía que la culpa era de mi madre, que cuando él iba sólo no se estropeaba.
Sólo tuvo un accidente con ella.
Él se encargaba de ir hasta el pueblo más cercano para hacer la compra y de paso, se veía una película, siempre fue muy aficionado al cine. Un día hicieron una zanja en el camino (camino de tierra, nada de asfalto), que él vio cuando se marchó, pero al volver, con la noche cerrada, sin luces, sólo con el pequeño faro de la moto, no lo recordó y se cayó.
Recuerdo que cuando fui un poco más mayor, a veces me llevaba con él a hacer la compra, después íbamos al cine.
Me compraba palomitas, veíamos la película y volvíamos a casa con el viento de frente bordeando un río donde se reflejaba la luna y dónde ¡había tantas ranas! que a pesar del ruido de la moto, se podían oír.
No sé que velocidad podía coger la moto, por supuesto no era como las que te pasan hoy en día que de repente dices “de dónde ha salido eso”.
Entonces la emoción no estaba en la velocidad, estaba en la posibilidad de ir hasta el pueblo y ver una película. Entonces no había peligro de que te pasara un coche por la izquierda y otro por la derecha y casi otro por encima, lo peor que podía suceder era que a mitad del camino se parara o que los mosquitos se te metieran en la boca.
¡Cuántas cosas hemos perdido por ir a más velocidad!.
Me gusta mucho la imagen. Me gustaría conservarla. Me gusta mucho la fotografía en blanco y negro.
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Que imagen mas bonita, y cuantos recuerdos.
Pero la niña eres tú? Me recuerda mucho a Pilar.
Sí Julia, no soy yo, es Pilar.