El siniestro de tráfico en Cúllar

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No es la primera vez que digo que, en los siniestros de tráfico en los que se producen víctimas mortales, conoceremos solo la versión de los que sobrevivieron, nunca la de los que ya no pueden decirnos que pasó. Y, desgraciadamente, los que no tienen culpa alguna, son los que no sobreviven.

El pasado día 11, los medios de información nos contaban que había sucedido un «accidente de tráfico», en la autovía A-92, termino de Cúllar, en el que habían muerto dos jóvenes, un joven de 22 años y una joven de 20, quedando otra joven gravemente herida.

Esa era la primera noticia. Según pasaban las horas, íbamos conociendo más detalles. La primera noticia que me dio que pensar que era un siniestro parecido al de mi hija fue cuando escuché que el accidente fue por «alcance», y que el conductor causante de esta nueva tragedia lo hacía bajo los efectos del alcohol.

Alcance, alcohol, autovía, los mismos ingredientes que en el siniestro de mi hija.

Rememoré mi dolor y me puse en el dolor de los padres de estos jóvenes, el joven de Castilléjar, la joven de Puebla de don Fadrique.

Pero lo que no podía imaginar es que se seguirían dando circunstancias parecidas entre ambos siniestros. Hoy conocíamos el dato de que ha aparecido un sobrino del presunto culpable, hasta ahora, que se declara como el que iba conduciendo.

En el siniestro en el mataron a mi hija, en el juicio pudimos conocer, gracias a la declaración de la testigo que iba como copiloto con el culpable, que este lo primero que dijo cuando paso el hecho es que le preguntó a ella si tenía carnet. Desafortunadamente para él, la joven que le acompañaba no tenía carnet.

Pero si esta joven hubiera tenido carnet, el conductor la habría hecho pasar por la persona que conducía, porque él era consciente del estado en el que iba. Por todo ello, me creo que en este caso también se pudiera dar un cambio de conductor, aunque el tío también dio positivo en alcohol.

¿Qué pasa ahora?

Al nuevo presunto culpable ya no se le puede hacer la prueba de alcohol. Se le podría acusar de haber producido un siniestro, pero no de un delito contra la seguridad vial por conducir con alcohol. Claro que si se le podría hacer un control de otras sustancias.

Aunque la forma de enterarme de la muerte de mi hija no fue la más adecuada, conocí, después, que la actuación de uno de los guardia civiles fue decisiva para que se supiera qué es lo que pasó , porque la primera declaración del culpable fue que habían tenido un golpe en cadena, que alguien les dio por detrás. La profesionalidad del guardia civil consiguió que la testigo declarara la verdad y no siguiera con la mentira del conductor culpable.

En el caso de Cúllar no sé cómo la guardia civil no detectó que iba otra persona. ¿Qué hizo esta otra persona, se marchó del lugar del siniestro y dejó allí al tío? Si es así, ¿se le podría acusar, también, de abandono de auxilio? ¿Es todo una estratagema para salvar al tío?

Supongo que la guardia civil tendrá que hacer ahí un trabajo de investigación que resuelva quién era el que conducía. Y los tribunales, tienen que pensar muy bien qué hacer, porque si ya las sentencias relacionadas con «accidentes de tráfico» son de risa, con esta nueva excusa ya va a ser el cachondeo mundial.

Hoy conocía la sentencia de otro siniestro en el que murió una persona, y el causante también conducía con alcohol, en la que el juez dictamina que no ha sido culpable que ha sido «una desgraciada confluencia de circunstancias». Mientras este sea el concepto, la idea, la opinión que tenemos sobre los mal llamados «accidentes de tráfico», no terminaremos con ellos.

A los padres, familiares, amigos de estos jóvenes, víctimas de un siniestros de tráfico, que no accidente, porque si se pudo evitar no es un accidente,  les digo que su dolor es también el mío. Que sé por lo que están pasando y lo que les queda por pasar, pero que, cuanto antes, se pongan en manos de un buen abogado. Nada les va a devolver a sus hijos, como a mí, pero no podemos permitir que esto siga ocurriendo.

«Existe un desinterés social por la víctimas viales en relación con otras víctimas. Reyes Mate

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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