Diecinueve personas no volvieron del puente de Mayo. Y todos celebran que fueron muchos menos que el año anterior, en el que 39 personas no regresaron. Pero el año anterior tuvo un día más de fiesta.
Pero como siempre digo, no han sido menos, son 19 vidas truncadas, 19 caras que ya no estarán en sus casas, 19 espacios vacíos en la mesa de un hogar. Entre las víctimas, 7 moteros. Los desplazamientos de moteros fueron muy numerosos en este puente por el campeonato de Jerez. Y dos jóvenes jugadoras de voleibol que no llegaron a pasar el día de la madre con sus respectivas, para poder participar en una actividad deportiva. Dos jóvenes, muy jóvenes, del equipo de Emevé que venían desde Gran Canaria por el campeonato de España de Voleibol.
¿Qué decir?
Sigo pensando en mi frase: ¡Quiero Conducir, Quiero Vivir! Sigo pensando que conducir (manejar para nuestros compañeros de Sudamérica), transportar, transportarse, trasladarse de un lugar a otro, no puede ser una actividad de riesgo que conlleva morir. No deberían existir tantas circunstancia que produzcan accidentes (puntos negros, carreteras en mal estado, conductores irresponsables…)
Sigo queriendo que algún día esta actividad, esta acción, una más de nuestra vida diaria, no produzca muerte, pero creo que aún queda mucho para conseguirlo. Porque no todos estamos comprometidos. Porque no en todos hay un compromiso político. Porque no todos han pasado por el dolor de perder a un ser querido. Porque la economía lo mueve todo y, a veces, muchas veces, todo es cuestión de dinero: un quitamiedos, un mal arcén, un bache, un conductor cansado, un conductor bebido, un loco correcaminos lleno de velocidad.
Y mientras, nuestros políticos, se siguen peleando.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
