La primera vez que utilicé el término” loca” para definir mi estado fue en mi “carta abierta a los jóvenes”. Cuando la escribí hacía tan solo 5 meses que habían matado a mi hija y mi situación era esa: loca de dolor.
Después, en Junio de 2007, otra madre también asentía ante esa palabra. Se trataba de Pilar Manjón, durante el juicio contra los culpables del acto terrorista. En esta ocasión, el Egipcio la miró, se llevo un dedo a la sien y le dijo: “Estas Loca” y ella afirma que efectivamente sí está loca, porque personajes como él la han vuelto Loca.
Hace unos días, leía el artículo sobre Yolanda Ruiz, otra madre que perdió a su hijo en 2004, en un accidente de tráfico en Torrelavega (curiosamente donde el culpable de la muerte de mi hija cumple condena) .
Su hijo, un joven de 21 años, como mi hija, tras perder el control de su coche fue a estrellarse contra un camión aparcado en un lugar prohibido.
No es la primera ni fue la última vez que sucedió algo así. Recuerdo ahora mismo el caso de Laura Belén y otros jóvenes de Leganés, que en Agosto de 2008 terminaron debajo de un tráiler aparcado.
Esta madre que el artículo la define como una “madre coraje”, lucha para que el aparcamiento de los camiones se realice fuera de las ciudades. Para que casos como el de su hijo que no iba a gran velocidad, ni llevaba alcohol, pero que se desconoce por qué perdió el control, probablemente se habría salvado si ese camión no hubiera estado allí.
Esta mujer, por su lucha, es llamada por los camioneros “la loca de los camiones”.
Una loca más. ¡Cuántas locas!
Pero los que no han sufrido la locura de este dolor no saben que la pérdida, a veces, produce mucha fuerza. La fuerza que nos trasmiten nuestros hijos para que a otros no les pase lo mismo, y siempre habrá una loca que lo consiga.
Locas que luchan y han luchado:
Las madres y las abuelas de la plaza de Mayo
http://www.abuelas.org.ar/
Las madres contra la droga. («no somos locas, ni terroristas. Somos madres».
Madres contra la inseguridad en Venezuela
Las madres de Vida en la Carretera
Las madres de familiares de víctimas de tránsito.
Madres contra la conducción en estado de embriaguez
Madres de diversas asociaciones de enfermedades raras.
Otras muchas y, humildemente, esta madre que escribe.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que otro tomó.
Quien os califica así despectivamente, demuestra su profunda ignorancia y carencia de sensibilidad. Sois unas mujeres fuertes, dignas de admiración, que tenéis mucho que enseñar y podéis aportar muchísimo.
Un beso fuerte.
Quizá las personas que no hayan pasado por estas situaciones donde el dolor se hace tan inmenso sean incapaces de sentir como nosotros sentimos.
Decía Miguel Hernández: «Yo sé que ver llorar a un triste enfada…»
Tal vez sea por eso por lo que en situaciones de dolor los amigos desaparecen, los familiares se apartan de nuestro lado y algunos de los que quedan junto a nosotros pretendan, de algún modo, hacernos desistir en nuestro empeño en luchar por la memoria de nuestros hijos a los que se les arrebató la vida de manera tan cruel, llevándose con ellos parte de nosotros mismos.
Ningunos padres estamos preparados para ver partir a una hija. Debieran concedernos el derecho de vivir nuestro dolor como nos parezca.
Yo incluso he sido denunciado por intentar esclarecer los errores cometidos en el brutal atropello de mi niña. Quizá nunca comprendan que mientras yo viva jamás dejaré de luchar por la justicia y dignidad que mi hija merece.
También a mí me llaman «loco» y les puedo asegurar que loco no estoy, tal vez demasiado cuerdo y destrozado de tanto dolor.
Un abrazo para todos los que compartimos ese tremendo dolor.
Un abrazo Flor y gracias por dejarme expresar lo que llevo dentro.
Y para mi hija Julia, un millón de besos…de esos…de los nuestros. Te amo con el alma vida mía.
No estas loco y si lo estuvieras, repite mucho lo-cu-ra-lo-cu-ra-lo-cu-ra. Al final se convierte en «curalo»… y se cura.
Sigue con tu locura.
Flor, madre de Helena.
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