La suerte de las víctimas de accidentes de tráfico en Semana Santa

 

Las noticias dan con todo lujo de detalle las víctimas que no han sido, las que se han evitado,  pero yo me fijo en ese joven matrimonio que han muerto dejando a su bebe y,  en otros padres que han perdido a su pequeña hijita de dos años. ¡Qué mala suerte! Pues, no. No existe la mala y buena suerte. No para mí desde hace seis años. La suerte viene precedida, originada, promovida, por la mano del hombre: casi siempre suele ser un hombre el que produce la mala suerte de otro.

Cada vez que cogemos un coche no somos conscientes del riesgo que corremos o podemos hacer correr, y es natural porque no conduciríamos si lo pensáramos, no saldríamos de casa, porque nunca se sabe dónde va a estar nuestra suerte. Y quizás por estos pensamientos siguen habiendo siniestros de tráfico.

Porque cuando hacemos un adelantamiento complicado, arriesgado, escaso, no pensamos en la mala suerte que podemos tener si de frente viene otro.

Porque cuando bebemos y después tomamos el coche siempre pensamos que estamos bien, que controlamos, pero no pensamos en que estamos controlando la suerte de otro, por no hablar de la nuestra.

Porque cuando vemos una señalización de prohibido circular a más110, y no hablemos de otras aún más inferiores, le hacemos una pedorreta.

Porque cuando suena el teléfono no pensamos en nuestra suerte sino en qué importante llamada será.

Porque cuando paseamos por una calle, en algún momento de estrechez, casi siempre hay alguien que cede el paso, pero cuando vamos metidos en nuestra burbuja, el primero que pasa soy yo.

Porque cuando vamos por una carretera en mal estado nunca pensamos que la administración correspondiente no haya previsto, pensado en nuestra suerte, es inimaginable. (Por cierto, a la comunidad de Madrid o el ayuntamiento de Madrid, ahora que ya están de campaña, que arreglen los socavones que hay al entrar en la famosa calle 30 , dirección Noreste, en la entrada correspondiente al hospital 12 de Octubre, antigua carretera de Andalucía, ahora avenida. Lleva seis años con ellos).

Y no digo nada sobre las salidas de vía, porque como dice Esther, la madre de Juan, que nos expliquen que es «salida de vía». Para mí no es una causa es la consecuencia pero cuál es la causa que  produce esa salida de vía.

Y así podría estar escribiendo líneas y líneas de «porque» y resultados de «mala suerte».

A pesar de todo esto, yo sigo diciendo que he tenido muy mala suerte y mi hija peor, pero esa mala suerte nos la proporcionó un conductor con alcohol.

Algunos datos sobre esa mala suerte:

Datos en el año que murió Helena

Datos de los que han tenido mala suerte en otras Semanas Santas:

2003: 128 fallecidos

2004: 103 fallecidos

2005: 105 fallecidos

2006: 108 fallecidos

2007:  106 fallecidos

2008: 64 fallecidos

2009: 46 fallecidos

2010:  44 fallecidos

2011: 39 fallecidos, 195 heridos graves.

Mi solidaridad para con esas nuevas víctimas,  y mi enhorabuena para los jóvenes, mi primer objetivo, porque ellos son el sector en el que ha descendido más las muertes, según las declaraciones de las autoridades pero siguen siendo muchos, para cada padres, muchísimos, porque no tenemos otros, porque no son un número en una estadísticas, porque son nuestro futuro y sin ellos… se nos acaba.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

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