El timbre de la bicicleta

 (Post escrito el 13 de febrero de 2009, por FZ madredHelena)

 

Si es doloroso perder a un hijo, no lo es menos tener que recoger sus cosas. Nadie está preparado para recoger, rebuscar, retirar, enterrar, las pertenencias de los hijos. Esa es, por ley de vida, una misión de los hijos, no de los padres.

 

Hoy, leyendo una bonita historia publicada en El de la Bici, sobre una bicicleta holandesa, recordaba nuestro triste viaje a La Haya para recoger la habitación de nuestra hija.

 

Helena, como ya he comentado alguna vez, tuvo un percance en sus inicios con la bicicleta y nunca aprendió a llevar una de ellas.

Cuando llegó a Holanda quedó fascinada con ese mundo de bicicletas. Ella no iba a ser menos. No lo dudó. Se compró una vieja bicicleta a la que adecentó.

Como ella no sabía llevarla, estaba siempre dispuesta a ir de paquete con cualquiera que la llevara u ofrecer su bicicleta para que ella pudiera subir en la misma. Incluso, aprendió a montarse con la bicicleta en marcha, para no ser un peso a la hora de iniciar la marcha. Cuando su amor iba a visitarla a Holanda, ya tenía conductor.

 

 No había pasado casi 1 mes desde que la habían matado, cuando sacamos apenas fuerzas para ir hasta la Haya a recoger sus cosas.

 

habitacion-helena

 

 

Una habitación llena de vida. Fotos, libros, apuntes, ropas, pendientes, bolsos, pinturas…, ¡hasta macetas! Una buena despensa de productos españoles que hacía poco le habíamos llevado.

 

 holanda

 

 Imposible. Materialmente. recoger todo ello y poderlo traer en el avión.

 

 El magnífico sistema de la universidad HEBO en lo relacionado al apoyo y acompañamiento a los alumnos, hizo posible mucho. Joep, el estudiante coordinador de la ayuda a los estudiantes extranjeros, estuvo en todo momento con nosotros facilitándonos el entendimiento con la  Universidad, papeleo y, gracias a su magnífica ayuda, en el aeropuerto abrieron una línea de facturación expresamente para nosotros y no pusieron ningún reparo en nuestro exceso de equipaje.

 

 Con todo ello, hubo cosas imposibles de traer. Entre ellas, la bicicleta de Helena.

 

 Había que hacer una serie de papeles que ya no daba tiempo y tuvimos que resistirnos a dejarla allí. No obstante, nos trajimos algo muy especial: El timbre de esa bicicleta.

 

 Yo, lo guardé como un tesoro en mi bolso, junto a mis cosas más personales.

 

 Cuando estábamos entrando por el control, comencé a notar un revuelo. Algo pasaba. Me hicieron abrir el bolso, buscar y rebuscar. Enseguida comenzaron a llegar más personas de seguridad. Por fin, una mujer  de vigilancia sacó del fondo del bolso algo redondo y metálico que tenía revolucionado a la seguridad del aeropuerto.

 

 Yo, al ver que me podía quitar lo único que me traía de la bicicleta de mi hija, me puse a llorar. En mi penoso inglés trataba de decirles que mi hija había muerto y que esa era una parte de su bicicleta que no podía llevar conmigo a mi país. No hubo ninguna pega. Me lo devolvieron al instante.

 El conductor de esa bicicleta cuando iba a Holanda, el taxista de Helena, superviviente del mal llamado accidente, gravemente herido, pasó mucho tiempo diciendo que él querría ir hasta holanda para traerse la bicicleta, pero ni su estado, las circunstancia, etc., le permitieron hacerlo.

bicicleta

Y aquella bicicleta quedó abandona en un patio. Supongo que alguien haría buen uso de ella.

 

Flor  Zapata Ruiz, madre de Helena.

Dedicado y en agradecimiento, a los jóvenes compañeros de Helena de “Erasmus”. Esta experiencia no es tan sólo como se conoce por “Erasmus, orgasmus”. Muchos de estos jóvenes, en un momento tan difícil y doloroso, tuvieron una actuación mucho más madura que muchos de los adultos que nos rodeaban. Fueron los últimos amigos de Helena y jamás los olvidaremos.

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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2 respuestas a El timbre de la bicicleta

  1. Virtu dijo:

    Qué detallista Helena! Hay que ver cómo tenía su habitación de detalles y de ordenada!
    Te has quedado con lo mejor de la bici, el timbre.. Un llamador de hadas, segurísimo

  2. Ines,hermana de Lourdes dijo:

    Es terrible,que dolor,me hago cargo del sufrimiento tan indescriptible de ir a Holanda y recoger las cosas de vuestra amadísima hija,como una pesadilla,ir hasta el fin del mundo,y peor tener que elegir y dejar otras cosas,como si dejaras parte de su esencia.Yo abro y cierro,miro y guardo me pongo sus zapatos mas pequeños que mi numero y me hago daño en los pies.Lo siento muchísimo. Dicen que Dios aprieta pero no ahoga,sino es Dios,quién

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