Implicación política

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Hace 9 años, cuando el número de víctimas de tráfico era de 3823, aunque ya se  había producido una importante reducción, cuando el carnet por puntos ya llevaba funcionando un año, El Sr. Aznar cuestionaba la labor de la DGT de ese momento, y decía que quién eran ellos para decir lo que uno tenía que beber o no beber.

En ese tiempo, como ahora, porque siempre hay gente que cuestiona a gente, hechos y cosas, la DGT también era cuestionada por algunos. Pero, en aquel momento (hasta esta madre tenía argumentos para callar la boca de Aznar), las cosas se estaban haciendo mejor.

Fueron años en los que se vio cierta implicación política, en cuanto al tema de las víctimas de tráfico. Recuerdo en un foro de Seguridad Vial, de una asociación de víctimas, al que asistía, que se celebraba en las dependencias del ministerio del interior, y el propio ministro en aquel momento Pérez Rubalcaba, se presentó en un determinado momento, que no estaba previsto,  y se comprometió a hacer algo por la reducción de esas víctimas.

En estos momentos en los que se habla que la DGT está en siniestro total, ni toda la culpa es de la DGT, ni toda la solución, aunque es natural que haya llegado a la situación actual.  Han ido ocurriendo una serie de acontecimientos que han ido minando ese buen hacer en pro de la disminución de las víctimas, porque no ha habido una verdadera implicación política por parte del gobierno.

No creo que el ministro de interior se haya preocupado mucho del tema. Tampoco ha ayudado lo que el ministerio de justicia ha ido haciendo, al revés. Las tasa judiciales, la reforma del Código Penal, la sentencias tan benévolas ante los casos de delincuencia vial, y la certeza de que no pasa nada si se pierden todos los puntos porque hay cursos para volverlos a recuperar, han dado al traste con lo que en unos años se consiguió.

Las víctimas siempre lo hemos dicho: no hay que bajar la guardia. Y es misión de todos, velar por la disminución de víctimas. No solo es misión de la DGT, aunque es el referente, sino de todo el gobierno, y de muchos ministerios implicados (Sanidad, Educación, Justicia, Interior, Fomento) Pero la mayoría de estos ministerios siguen sin estar totalmente implicados.

Por ejemplo: Todavía no he visto un cartel en un hospital, en un centro de salud, aludiendo a que el alcohol u otras drogas, pueden quitar la vida en las carreteras. La asignatura de Seguridad Vial, sigue sin ser obligatoria en todas las etapas de la vida escolar. La justicia sigue emitiendo sentencias ridículas en hechos de tráfico con resultado de muerte, que no tienen comparación con otros hechos delictivos de menor transcendencia (blanqueo, estafas, malversación, etc.) A Interior solo se ve, y no siempre, cuando hay que dar cifras y, por supuesto, si son buenas. Y Fomento, qué decir de fomento. Que no se gasta un duro en arreglar las carreteras.

Y entre todos la mataron, y ella sola se murió.

La seguridad vial no es cuestión de unos pocos, es bastante más, es de todos, porque todos estamos en las calle y en las carreteras, y todos podemos ser víctimas o victimarios.

Y si todos debemos estar implicados y comprometidos, debe haber una implicación política para que las cifras sigan bajando, no subiendo como está pasando en los últimos meses.

Pero a quién le importa. Para muchos no son nada más que accidentes. Por supuesto, la mayoría de las veces, evitables.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.

 

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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