Los estudios de los hijos

Desde que traes un hijo al mundo, tu vida cambia radicalmente.

Es curioso que con la cantidad de carreras, especialidades, master, etc. que existen en este mundo, no exista una asignatura que te enseñe a ser “padres”.

Y de nada sirven todos los estudios del mundo cuando te enfrentas a ese rollito de carne rosada que no sabes ni por donde coger, aunque hayas ido a las clases de preparación al parto.

Y unas veces improvisarás, otras veces dirás ¡Qué bien lo he hecho!, otras te desesperarás y pensarás ¡Quién me mandaría a mí?, pero la mayoría pasarán y con el tiempo, sólo recordarás que saliste adelante, no sabes cómo pero pasó.

Cuándo llegue el momento de elegir estudios, ¡Otro dilema!

Ellos siempre querrán una cosa, tú otra y después del resultado de selectividad, para lo que de la nota.

Helena siempre mostró inquietud por el mundo de la publicidad y las relaciones con las personas. La publicidad estaba en casa continuamente a través de su padre y las relaciones publicas era su gran habilidad, quizás simplemente por la alegría que derrochaba y por su sonrisa.

Como era hija única, nosotros potenciábamos que tuviera muchas amistades y Helena así lo hacía.

Nuestro problema era y había sido toda la vida los idiomas, por eso la animábamos a hacer Traducción e Interpretación, pero ella fue la que decidió.

Publicidad y Relaciones Públicas le gustaba y disfrutó. Es cierto que algunas asignaturas le gustaron menos, como “maquetación” y quizás con el paso de los cursos se decantaba más por el tema de Relaciones Públicas.

¡Qué lástima!.

Os preguntaréis por donde voy a salir. Por donde siempre. La de ilusiones, proyectos, que se lleva la carretera.

En un segundo todo el trabajo, el esfuerzo de una vida se esfuma, además de la propia vida. Si pensáramos en esto cada vez que cogemos un coche otra cosa sería.

A Helena le faltaban 3 días para volver a Holanda, a seguir con sus estudios. Su ropa se quedó preparada para meter en la maleta. Una nota tras su puerta en la que iba anotando lo que tenía que llevarse: bañador, toalla de playa, pantalón corto; era Abril, comenzaba a hacer mejor tiempo en Holanda después de un duro invierno.

Al menos Helena estudió lo que le gustaba y disfrutó haciéndolo.

El presunto culpable de esta desaparición jamás será consciente de lo que ocasionó con su acción.
Publicado jueves, 26 de octubre de 2006 19:48 por FZ_madredHelena

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