Ayer, acompañé a Esther al despacho del Fiscal de Seguridad Vial. Era la segunda vez que visitaba este despacho, la anterior vez estaba muy reciente el juicio por la muerte de mi hija. Esther fue requerida para que fuera a entrevistarse con él y me pidió que la acompañara.
Pero antes de esta visita ya había comenzado a hacer mi reflexión sobre la vida y los medios de comunicación.
Es cierto que Esther, cuando grabo ese vídeo de un accidente en el km. 28,800 de la M-607, no iba buscando una señal tan clara y no esperaba esta repercusión, pero estaba decidida a luchar por el buen nombre de su hijo y por la vida de todos los que pasaban por esa curva. Y, aunque los demás no lo sepan valorar, cada entrevista que ha concedido, cada vez que ha tenido que trasladarse a esa curva, cada declaración que ha hecho, para una madre que ha perdido a su hijo es un esfuerzo inmenso, una gota más de sal y limón que se vierte en una herida.
Pero valió la pena. Esa curva será eliminada, mejorada, o lo que sea finalmente, aunque como en este momento, sea puesta de tal forma que haya que pasarla casi andando.
Pero yo me pregunto: Después de los miles de accidentes que ha habido en esta curva, de los muertos, de los fallecidos, ¿ha sido necesario un vídeo para que se enteren?
No me lo puedo creer.
¿Es necesario que, para cada cosa que se intente cambiar en este país, los medios de comunicación estén implicados?
Llevo años pasando por el acceso a La M-30, a la altura del hospital “12 de octubre” desde la Avenida de Andalucía y me encuentro con unos agujeros que se van haciendo cada vez más grandes. Los que conocemos ese camino, los esquivamos como podemos, poniendo, incluso, en peligro a los coches del carril contrario, invadiéndolo para superar este punto. Y yo me digo ¿por aquí no pasa ese coche que tantas veces se ve con el distintivo “calle 30”, con la ilusión de asemejarse nuestro Madrid a Nueva York?
Y esa Avenida de Andalucía que ya no tiene asfalto, simplemente es como si acabaran de asfaltarla, hubieran pasado los coches y el asfalto se hubiera retirado y se hubiera desplazado a los lados de la vía.
Y así, miles de calles, plazas y carreteras de la Comunidad de Madrid.
¿Será necesario hacer el vídeo en directo de un accidente en alguno de estos puntos para que lo arreglen?
¿Habrá que esperar a que se acerquen las elecciones, cualquiera de ellas, para que esto se mejore, aunque sólo sea por el interés político?
Yo llamo a una revolución fotográfica o vidíera (no sé si esta palabra existe), para conseguir que nuestras calles o carreteras se mejoren, porque esto también produce accidentes.
Y me comprometo a exponerlas en este blog, y quién sabe, a lo mejor lo conseguimos.
De momento, a Esther Rincón le debemos no dejar nuestras vidas en un punto de la M-607, pero las autoridades competentes en el caso deberían fijarse en los otros 7 puntos negros de esa carretera.
¡Ciudadanos, habrá que ir grabando más accidentes en directo!
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
(Algunos ejemplos de toda España, según «La Sexta»)