Ayer, día 18 de Abril, hace 8 años, cubríamos el amado cuerpo de Helena, mi hija, con un verde manto de hierba, y ayer, casualidades, se celebraba la segunda edición de «De vuelta a casa», el programa de concienciación sobre los accidentes de tráfico de la policía local de Alcobendas, en concreto de los agentes tutores.
Y por segunda vez, tuve la oportunidad y el privilegio de poder dirigirme a unos 900 alumnos de esta ciudad, para advertirles de los peligros de los siniestros de tráfico si no se conduce con precaución y responsabilidad.
Y una vez más, esta experiencia, intensa, emotiva, porque no se trata de contar algo que te preparas, sino algo que te ha pasado y en ese momento los sentimientos están a flor de piel, me supone un gran esfuerzo, pero también una gran satisfacción.
Es impresionante con el silencio que escuchan estos jóvenes que llenan el auditorio. Y sus aplausos suenan a caricias.
Y siempre, además, recibo algún correo de alguno de ellos. Ese es el mejor aplauso, la mayor recompensa.
Una vez más, tengo que dar las gracias porque los organizadores se acuerden de mí y me den esta oportunidad de poder dirigirme a estos jóvenes. Y a los jóvenes, que nos escuchan con gran atención las recomendaciones que les damos todos los participantes.
Y este año, especialmente, ha sido un lujo que este acto se haya realizado en fecha tan señalada. Es como si hubiera sido un homenaje a Helena.
Querida hija: ojalá todos estos jóvenes hayan tomado buena nota y ninguno de ellos ponga en peligro su vida o la de otros por conducir con alcohol u otras drogas. Ojalá nunca beban el alcohol que mata a otros.
Y me desangraré en el intento,
viviré rota
por el resto de mi vida
procurando que
tú no seas el bebedor pasivo (Flor, madre de Helena)
Y si no, siempre estarás tú ahí para echar unas alas, mi mariposa, mi hada Helena.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
No debo decir esa frase a la que tanto recurrimos de «entiendo lo que debes estar pasando» o alguna del estilo, porque PARA NADA podemos saberlo, pues hay ciertas experiencias en la vida que solo pasándolas podríamos entenderlas. Pero si quiero agradecerte cómo eres y cómo compartes con los demás todas tus emociones, vivencias y pensamientos. Provocas como una «inyección» de valores que nos hacen sentir más humanos, más cercanos; tomar conciencia de lo que pasa a nuestro alrededor y querer hacer algo para ayudar. Tuve el placer de escucharte en Badajoz y realmente no dejas indiferente, me atrevería a decir, a nadie. Un fuerte abrazo
Hola Flor, mi nombre es Diego y soy de Quito – Ecuador, estoy interesado en emprender una campaña en contra de la velocidad y la irresponsabilidad en la conducción en mi país, buscando información en Internet me he encontrado con tu blog; admiro tu fortaleza que te ha llevado a escribir y a promover una buena causa a pesar del gran dolor que te aqueja. Quiero pedirte que me permitas referenciar este blog en mi campaña, aunque aún la estoy conceptualizando, tenía pensado iniciar con las pegatinas, me gustó mucho la que has creado. Te informaré cualquier adelanto que tenga. Saludos.