«Las víctimas de accidentes de tráfico son como dos trenes de Santiago cada mes», esto es lo que afirmó la directora de la DGT en la presentación del informe de las principales cifras de siniestralidad vial de España 2012.
El balance de 2012, incluyendo ya los que perdieron la vida en carretera y en vías urbanas, a las 24 horas y a los 30 días, y son 1903 muertos, según la DGT.
Además, hay que unir 105.446 heridos leves y 10.444 heridos graves.
Parece ser que, desde el año 1965, primer año con el que se cuenta estadística, es el año de más baja siniestralidad.
Nada que ver con el año en que mataron a Helena, pero para eso han tenido que pasar 8 años, y miles de víctimas más.
Me ha gustado esa comparación que ha hecho María Seguí con los muertos del accidente ferroviario de Santiago, y que después del mismo va a suponer un cambio en las medidas de seguridad de los trenes. Nada que ver con los muertos que se producen en los puntos negros o en las carreteras en mal estado sobre las que no se toma ninguna medida.
Sí, parece todo un avance en este tema de las estadísticas, al tener en cuenta todos los muertos, pero sigue siendo eso, estadísticas.
En estos años, las caras de las víctimas y el trabajo de las asociaciones han hecho una gran labor para que se produzca este descenso. Y todos aquellos que están implicados y comprometidos con la seguridad vial (guardia civil, policía, profesores de seguridad vial). Y muy poco por parte de las administraciones que siguen poniendo pequeños parches en las carreteras, y menos aún, por parte de la justicia que todavía no ha culpabilizado a las administraciones o a los diseñadores y ejecutadores de infraestructuras deficientes o peligrosas, causantes de los puntos negros y de muchas muertes.
A las víctimas, en algunos momentos se nos recriminado que pidamos condenas ejemplarizantes, porque las condenas deben ser justas, no ejemplarizantes, pero es que, todavía, al revés que en el accidente de Santiago, ningún juez ha pedido que se informe de los responsables del diseño y construcción de ciertas vías.
Y los muertos siguen aumentando, porque siempre es un nuevo muerto, no un muerto menos, y según las estadísticas, mueren más ciclistas y más víctimas en vías urbanas.
Y estas son algunas cifras:
En ciudad aumentó el número de muertos en 1%: 461
En carretera murieron: 1442
El colectivo más numeroso sigue siendo el de conductores y ocupantes de coche: 872
Le siguen los peatones: 376
Después, ocupantes de motocicletas: 302
Y los ciclistas han aumentado: 72
En fin, los números siguen bajando, pero las penas aumentan, porque, cada mes, los muertos por accidentes de tráfico llenan dos trenes como el que descarrriló en Santiago.
Vuestro dolor es también el mío.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.