Casi a la vez que comienzan las vacaciones, la DGT ha hecho públicas las cifras de muertos por tráfico del año 2014, y ha admitido que, por primera vez en 11 años, los números suben.
Hace diez años que este tema me ocupa y preocupa, el mismo tiempo que hace que perdí a mi hija, por el alcohol que otro tomó.
Y por esa circunstancia, conozco a muchos padres que hace, doce, once, diez, y algunos muchos más años, se vienen ocupando igualmente de esta lucha. Y esos padres que llegaron a esta lucha y este dolor, antes que yo, han sido combativos hasta la extenuación.
Pocos padres que pierden a un hijo, sea por el motivo que fuera, y que deciden luchar y ayudar a otros padres con la misma pérdida, son tan combativos como los que deciden entrar en el mundo de la concienciación y la lucha por la disminución de víctimas del asfalto. Y aunque en el ámbito de la siniestralidad vial tampoco son muchos, dado que, en la mayoría de las pérdidas, el obligado consejo es pasar página y recuperar la vida, aquellos que lo hacen han sido verdaderos artífices de la disminución de víctimas en estos 11 años.
Por todo ello, me ha llamado la atención ese titular de estos días: “los muertos de tráfico suben por primera vez en 11 años”
De lo que tengo constancia, por los compañeros y por el tiempo que lo he vivido, en esos 11 años creo que se han realizado más acciones por la seguridad vial y por la lucha en la concienciación y disminución de víctimas, que en toda la historia desde que el coche comenzó a ser imprescindible en nuestras vidas.
Desde las asociaciones de víctimas, las primeras, y después otras que fueron surgiendo, hemos ido realizando actividades de denuncia y concienciación. Hemos exigido políticas efectivas en pro de una mayor concienciación, seguridad y leyes eficaces. Hemos hecho visible a nuestras víctimas. Hemos denunciado puntos negros, y exigido la reparación de estos. Hemos sugerido a los fabricantes de coches que fabriquen estos con más medidas de seguridad, elementos fundamentales para la prevención. Y por último, hemos pedido hasta la saciedad, que exista una asignatura de Seguridad Vial, obligatoria, en toda la etapa escolar, acorde con el curso y edad de los niños. Pero ha tenido que ser un medio de comunicación el que lo pida para que algunos políticos empiecen a apoyar dicha iniciativa. A ver si así se cumple. Toda ayuda es poca.
Y todas estas peticiones han tenido mayor o menor éxito, dependiendo de la implicación del gobierno de turno.
Pero, a veces, las fuerzas flaquean. Los padres envejecen, enferman, abandonan la lucha tan febril de los primeros comienzos, y las asociaciones, costumbre poco extendida en este país, flojean o se resienten del cansancio de una lucha poco reconocida.
Cuando la DGT pone el énfasis en el envejecimiento del parque automovilístico, yo, en Madrid, no veo nada más que coches con matrículas que van por la “H” y la “J”, matrículas correspondientes a este año y el pasado. Cuando habla del envejecimiento del conductor, yo cada vez veo más personas mayores que van en autobús o tren. Cuando solo culpa al conductor y realiza campañas como “las gafas más caras del mundo”, que admito es importante mostrar que cualquier distracción de segundos por el motivo que fuera, puede producir una tragedia, yo pienso en el estado de nuestras carreteras y calles, cada vez más deterioradas, en esos baches como cuchillos asesinos especialmente para las motos, en esos puntos negros que no se han modificado o quitado, en esos radares posicionados en lugares estratégicos económicamente, pero no en lugares peligrosos.
Claro que yo soy víctima, no soy personal objetivo.
En 2014 se han producido 91.570 siniestros con víctimas (no accidentes como siguen escribiendo en los periódicos) Ha sido un 2% más en comparación con el 2013.
En vías urbanas creció un 8%. Se produjeron 56.423 siniestros, y cada vez se producen más atropellos en pasos de cebra.
Como se ha dicho desde algunas asociaciones, la culpa no es siempre del conductor, aunque hay por ahí suelto muchísimo culpable.
¿No será que las víctimas ya estamos un poco cansados de luchar y los políticos, jueces, y la propia DGT se está durmiendo en los laureles?
¿No será que sigue faltando una verdadera política de seguridad vial, y un empeño responsable y contundente en acabar con los siniestros de tráfico?
Pero, claro, yo no soy personal objetivo.
-Seis de cada diez siniestro vial se produce en vías urbanas
-En vías interurbanas ocurrieron el 74% de las víctimas (1.247)
-Muertos por atropellos fueron 310
-La media de fallecidos diaria es de 4,6 personas
-El 66% de siniestros con al menos un fallecido sucedió en día laboral
-Total fallecidos en 2014, 1688 personas
(Datos en El País, 7 de julio 2015)
Sigo pensando que, todos debemos estar implicado y comprometidos con la seguridad vial. Especialmente el gobierno. Y que un niño educado en seguridad vial es un futuro conductor concienciado.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.