Seguimos bebiendo y conduciendo

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Se cumple el noveno aniversario de la muerte de mi hija, Helena Castillo Zapata. Murió por el alcohol que otro tomó, un 17 de abril de 2005, en la carretera M-607, Carretera de Madrid- Colmenar, en un mal llamado accidente de tráfico.

El culpable de su muerte, un soldado del cuartel de Colmenar Viejo, de la base de San Pedro , había estado toda la noche de guardia, y toda la mañana en la cantina, . Y a las cuatro de la tarde tomó su coche para llevar a una compañera. En el kilómetro 31,750  dirección Madrid, quiso adelantar el coche de Helena, pero el estado en el conducía no le permitió verla, ni calcular bien la distancia. Dio alcance a Helena y el coche de ésta salió volando.

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El reloj de Helena, que aún conservo,  se paró a las 16:15h. El nuestro sigue marcando inexorablemente cada segundo, minuto y hora desde hace 9 años, porque la vida no se para, pero como dice la canción “estar vivo no es vivir…”

Helena era una joven responsable, estudiosa, llena de alegría y vida a la que le encantaba conducir. Y la mejor hija, a la que más quería, que yo le decía y ella se reía, porque era la única que teníamos.

Desde entonces, esta madre está loca de dolor. Hace locuras para tratar de concienciar sobre los peligros de mezclar alcohol y gasolina. Si alguien le hubiera dicho a ese condenado que no hubiera cogido el coche, mi hija estaría viva. Pero nadie en ese cuartel debió ver que ese soldado se pasó la mañana bebiendo. Nadie le impidió tomar el coche en ese estado. Nadie le educó para salvar vidas, en lugar de quitarlas, aunque era un soldado al servicio de la patria.

Ya no soy soldado, dijo en el juicio. Pero ya era tarde, ya nos había traído la muerte.

Y después de nueve años, la gente sigue bebiendo y conduciendo. Y tomando otro tipo de drogas, porque el alcohol también es una droga. Y de nada sirve que les quiten unos pocos puntos, que suban las multas, que les retiren el carnet. Quizás solo el paso por la cárcel pueda hacer algo de mella en aquellos que tienen el hábito inmisericorde de beber y conducir. Aunque la solución está en la educación, pero nos importa más la diversión que la educación.

Han pasado nueve años y no perdono a ese mal nacido. Nos ha destrozado la vida, aunque según la testigo que iba con él, lo que él dijo fue que se había destrozado la suya.

Y la que más perdió fue mi amada hija. Sin culpa ninguna. Solo fue culpable de pasar por allí.

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Y los datos revelan que aunque estamos más concienciados a la hora de conducir, seguimos bebiendo y conduciendo.

La influencia del alcohol en la conducción  (Juan Antonio Carreras Espallardo)

La multa por conducir bebido (El País)

 El consumo de alcohol causa 2, 5 millones de muerte cada año en el mundo. (OMS)

 Cada año mueren 1, 4 millones de personas por accidentes de tráfico o tránsito (OMS)

 

Y yo vivo loca, sigo loca… pero es de dolor.

Y me desangraré en el intento,

viviré rota

por el resto de mi vida,

procurando que

tú no seas el bebedor pasivo (Flor, madre de Helena)

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.

www.quieroconducirquierovivir.com

https://www.facebook.com/flor.zapataruizmadredhelena

 

Grupo ¡Quiero Conducir, Quiero Vivir ¡ en Facebook

 

 

 

Acerca de Flor Zapata Ruiz

Ahora soy una madre sin hijos. Mi única hija murió por un conductor con alcohol en abril de 2005. Desde entonces escribo para concienciar, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros de una conducción no responsable.
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Una respuesta en “Seguimos bebiendo y conduciendo

  1. Ines dijo:

    Querida Flor: te mando el abrazo mas inmenso que la imaginación pueda crear.En la distancia,mi corazón quiere estar cerca del tuyo.Muchas veces pienso que Helena y Lurditas se hayan conocido en ese lugar que dicen eterno,me da que tenían muchas cosas en común…Muchisimos besos para ti y tu marido.

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